Wielander ya ha experimentado mucho en estos 109 años. Entre otras cosas, tuvo que soportar ser prisionero de guerra en Siberia durante dos años. Pesaba solo 44 kilogramos cuando pudo regresar a la Baja Austria. Todavía vive en su propia casa en St. Georgen, que fue construida después de la guerra. Allí lo cuidan su hijo y su nuera.
El mayor del país tampoco dejará que una pierna rota lo deprima. Tuvo que ser operado tras una caída, pero el hombre de 109 años se ha recuperado bien. Está incluso mejor ahora que hace un año.
El alcalde de St. Pölten felicita
Por supuesto, el alcalde Matthias Stadler también presentó un pastel por su 109 cumpleaños. «Es un placer especial para mí poder volver a celebrar su día feliz este año con Franz Wielander y su familia. Es fascinante cómo todavía domina la vida cotidiana en su propia casa», dice Stadler con alegría.