Gironde, Ardèche, Morbihan… Ocho grandes incendios movilizan a varios miles de bomberos en todo el país, en un momento en que se vive una tercera ola de calor. Las tormentas, esperadas por los bomberos, no se esperan antes del viernes por la noche en los Alpes y los Pirineos, y solo a partir del sábado por la noche en el resto de Francia.
En la zona del mayor incendio forestal francés en este momento, cerca de Landiras, en Gironda, todavía debería hacer 37 grados el viernes, después de los 41 grados del jueves.
Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, se han quemado 48.456 hectáreas de tierra desde principios de año, una cifra al 6 de agosto, que se actualizará oficialmente el 20 de agosto.
En Francia, los incendios han destruido tres veces más hectáreas que la media anual de los últimos diez años. Una situación también inédita en la Unión Europea desde el inicio de las encuestas, en 2006.
Desde principios de año, los incendios franceses han liberado a la atmósfera más de 1 millón de toneladas de carbono, muy por encima de la media (poco más de 0,5 millones de toneladas). A este ritmo, se debería superar el pico registrado para todo 2003, de casi 1,3 millones de toneladas, y hacer de 2022 el peor año desde que se iniciaron los registros.