El pionero alemán de la electrónica trabajó hasta el final en composiciones tan hipnóticas y extensas con títulos como «Osiris» o «The Breath of Life», que en realidad no tenían principio ni fin y precisamente por eso eran tan fascinantes.
Schulze ahora ha muerto a la edad de 74 años después de una carrera de alrededor de 50 años. La muerte del músico de influencia internacional el martes por la noche se produjo «después de una larga enfermedad, pero de manera repentina e inesperada», según anunciaron el miércoles su hijo Maximilian Schulze y Frank Uhle, gerente de la compañía discográfica SPV.