Ningún otro sistema de armas encarna el poder militar de los EE. UU. de manera tan impresionante como el portaaviones. Ahora, 100 años después del primer lanzamiento de un avión desde un portaaviones de la Marina de los EE. UU., se hacen preguntas sobre el futuro de los gigantes.
Una fotografía de octubre de 1922 muestra un aterrizaje practicado en el portaaviones Langley.
Fue el comienzo de una nueva era, incluso si el evento en sí no fue dramático. El 17 de octubre de 1922, el teniente Virgil Griffin despegó en su biplano Vought VE-7 Bluebird desde la cubierta de tablones de madera construida sobre un transporte naval de carbón de la era de la Primera Guerra Mundial. Esta cubierta larga y plana, que descansaba sobre fuertes soportes de metal, pronto se convirtió en el término naval para toda una clase de barcos: Flattop.