La primera ola de calor del año asoló Austria la semana pasada. Las temperaturas de 30 a 35 grados y las tormentas eléctricas en el medio provocaron una humedad extrema, que también tuvo un efecto cada vez más estresante en el cuerpo. Según los expertos del servicio meteorológico GeoSphere, desde la década de 1950 hasta mediados de la de 1990 hubo un promedio de 35 grados o más en junio solo cada cinco años en Austria. En los últimos años, la marca de los 30 en el país alpino se ha superado normalmente en mayo y, en ocasiones, ya en abril (como en 2012 y 2018).
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