En el Reino Unido, huelguistas sin ningún apoyo político


A Liz Truss le encanta. La ministra de Exteriores británica, favorita para sustituir a Boris Johnson, se presenta de buen grado como la heredera de Margaret Thatcher. Mientras se planea una gran huelga de trenes en el Reino Unido, el sábado 13 de agosto, y el país vive una «verano de descontento»no podía dejar pasar la oportunidad de ir al frente.

» [Si je deviens première ministre], voy a atacar [aux syndicats] con una ley de emergencia que hará más difícil paralizar ciudades con huelgas”escribió, el lunes 8 de agosto, en un foro en elEstándar de la tarde. Ella promete introducir una obligación de servicio mínimo para todos “infraestructura nacional esencial”. “Es inaceptable que el público sea rehén de los sindicatos militantes, explicó el 27 de julio. (…) Estoy del lado de las personas que trabajan duro, van a la oficina, quieren administrar sus negocios. »

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Antes de casi desaparecer del panorama político, Boris Johnson también atacaba regularmente a los sindicatos. El 20 de junio propuso autorizar el uso de personal temporal para reemplazar a los huelguistas. Este es un gesto que “ni siquiera Margaret Thatcher se hubiera atrevido a hacerlo”, reaccionó el Trades Union Congress, la principal confederación sindical británica. La idea desapareció al mismo tiempo que el jefe de gobierno saliente.

Si bien no hay nada particularmente sorprendente en ver a los líderes del Partido Conservador Británico vilipendiar a los sindicatos, la actitud de la oposición laborista es más sorprendente. Keir Starmer, el líder laborista, prohibió a los miembros de su “gabinete en la sombra” aparecer con los huelguistas. Los sindicalistas, a pesar del relativo apoyo popular, no tienen ningún partido importante detrás de ellos.

Posicionamiento sorprendente

Sin embargo, la consigna del Sr. Starmer causa controversia dentro de su formación. El 27 de julio, Sam Tarry, el “ministro en la sombra” a cargo del transporte, apareció junto a los trabajadores ferroviarios en huelga y concedió una entrevista en la televisión. El Sr. Starmer lo despidió de inmediato. » Tiene razón «afirmó el 2 de agosto, en una tribuna en el guardián, John McTernan, quien fue director de operaciones bajo Tony Blair (1997-2007). Según él, esa militancia abierta sería “un retroceso a la década de 1970, que envía el mensaje de que los parlamentarios quieren que los laboristas sean solo un partido de protesta, no un partido de poder”.

No todos están convencidos por este argumento. Lisa Nandy, miembro influyente del “gabinete en la sombra”, responsable de las desigualdades, también fue a ver a los huelguistas, en este caso los de BT, la ex British Telecom. Sin embargo, no dio una entrevista ni hizo una gran declaración, lo que la salvó de perder su trabajo.

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