En Limoges, las Francofonías celebran su cuadragésimo aniversario a pesar del cansancio y las dudas


¿Está la intransigencia de la juventud creando a los fascistas del mañana? La pregunta es abrupta. Interfiere sutilmente con un texto teatral descubierto en el festival Les Francophonies de Limoges. El autor, Olivier Choinière, es de Quebec. Nacida en 1973, pero poco representada en Francia, acaba de gozar de un merecido protagonismo con la puesta en escena, a cargo de Hassane Kassi Kouyaté (director de las Francofonías), de una obra titulada Zoé.

Lea la reunión (en 2019): Para Hassane Kouyaté, “la Francofonía es todo menos un gueto”

Tema ? Un cara a cara entre un estudiante antihuelga (interpretado por Adélaïde Bigot) y un profesor de filosofía (interpretado por Patrick Le Mauff), obligado a impartir un curso del que no podía prescindir. Zoé quiere ser médica. Se proyecta hacia el futuro saltando con ambos pies sobre la lucha colectiva de sus compañeros. Su deseo tiene prioridad y su búsqueda de lo absoluto se produce a costa de un individualismo asumido. De ahí la duda que poco a poco va surgiendo: llevado al extremo, ¿el radicalismo es una cualidad o una calamidad? Protagonizado por dos actores, este espectáculo dialéctico servido por una escritura eficaz se desarrolla en un entorno minimalista: sillas dentro de un marco dibujado en el suelo. La mayéutica desplegada entre el maestro y su alumno no necesita más para sembrar problemas entre los espectadores.

Esta actuación fue la grata sorpresa del festival Les Francophonies que se celebra en Limoges hasta el sábado 30 de septiembre y que este año celebra su cuadragésimo aniversario. Una longevidad que defiende su legitimidad, aunque se sienta fatiga. Prueba de ello es el cansancio del director. Al mando desde hace cuatro años, Hassane Kassi Kouyaté quiere pasar página y volver a ser un simple director. Ya no puede gritar en el desierto: “Creo que en Francia ya no sabemos lo que significa la francofonía. Recibimos entre quince y veinte propietarios de salas de cine de Europa, mientras que aquí sólo viajan un puñado de directores de establecimientos franceses”.se arrepiente.

Problema político

Por tanto, el interés de los profesionales franceses disminuiría. Pocas giras francesas acogerán espectáculos creados en Limoges. ¿Se debe esta indiferencia a una programación poco entusiasta? El autor Gustave Akakpo, cuya vivaz pluma y prolija imaginación merecen atención, sufrió así una producción decepcionante. ¿Nos doramos? (Si te apetece, ven), la ficción que postula la génesis de nuevos mundos, no ha convencido. La razón: el amateurismo de algunos actores y el deficiente sistema de sonido de una sala mal adaptada (la Ópera-Teatro).

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