En los orígenes de la guerra de Ucrania, veinte años de propaganda rusa en el Donbass


por Benoit Hopquin

Publicado el 11/03/2022 a las 05:52 – Actualizado el 11/03/2022 a las 20:03

Los hablantes de ruso de Ucrania, amenazados con «genocidio». Todo un país, bajo el yugo del «Nazismo». Al escuchar el apaleamiento del Kremlin, recogido en bucle por la televisión rusa, justificando la invasión de su vecino, uno se dice que la propaganda moscovita tiene decididamente la ligereza de un tanque T-90 o de un misil «Grad». ¿Quién podría comprar esta retórica absurda?

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Y luego, recordamos que hace dieciocho años, durante uno de nuestros reportajes en Ucrania, un joven residente nos advirtió: “Cuando la gente sigue diciéndote que el negro es blanco y el blanco es negro, terminas creyéndolo. » En este mes de marzo de 2022, cuando el ejército ruso está martirizando a un país democrático al pretender salvarlo de la dictadura, recordamos estas palabras premonitorias de un ucraniano que sabía bien que mentir es un clavo que solo pide hábiles martillazos.

También nos vinieron a la memoria nuestros reportajes en el este de Ucrania, en Donetsk, en el Donbass, donde, en cierto modo, empezó todo, donde Vladimir Putin preparaba su conquista territorial de Ucrania a través del adoctrinamiento y la colonización del cerebro. La región, convertida en un enclave separatista, está ahora a la espera de votar por su adhesión a Rusia, como hizo Crimea en 2014. Mientras que había votado un 86% a favor de la independencia de Ucrania, en 1991.

Para lograr esto, se ha trabajado pacientemente en las mentes, se ha inculcado hábilmente la paranoia y se ha fomentado cuidadosamente el odio a Kiev. Y hoy, es obvio para una gran parte de la población de Donetsk que su ciudad escapó del genocidio gracias a Vladimir Putin, que Donbass sobrevivió al peligro nazi gracias a la ayuda de su vecino ruso y que su futuro, su supervivencia, depende únicamente de Moscú. . El negro es blanco; el blanco es negro: la teoría orwelliana, en una versión químicamente pura. ¿Cómo llegamos a esta inversión de los hechos? ¿Cómo se convirtió el Donbass en el laboratorio de lo que el Kremlin quiere imponer al resto del país?

Un primer gran reto

Diciembre de 2004. En kiev, la “revolución naranja”, el color elegido por los ucranianos prooccidentales, pretende derribar el último oropel del sistema comunista y orientar definitivamente al país hacia Europa. La gente está en movimiento. Bueno, en movimiento, esa es una forma de hablar. Concretamente, está pisando agua frente a la Rada, el Parlamento. Decenas de miles de simpatizantes de Viktor Yushchenko pisotean día y noche frente al edificio con un frío gélido, para disputar los resultados oficiales de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

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