En Lyon, el juicio de espionaje informático para localizar las fuentes de un periodista


Cuando la administración se deja tentar por el poder de la vigilancia digital. Al frente del Tribunal Penal de Lyon, el viernes 20 de mayo, Benoît Dehais, de 52 años, sigue convencido de que no ha hecho nada malo. Sospechoso de haber instalado un dispositivo para espiar todos los buzones de los agentes y funcionarios electos en la antigua región de Rhône-Alpes, el ex director de servicios de TI (DSI) sostiene con convicción que ha implementado un sistema puramente técnico, destinado a garantizar la seguridad de la red de información de la comunidad. “Estamos en una lógica de control de acceso, no nos dirigimos a una población en particular, nos instalamos sin ninguna otra malicia”dijo el acusado de traje azul marino y camisa blanca, con la garganta apretada y expresión de pesar.

A fines de 2015, el CIO solicitó acceso completo a la red de Exchange de la comunidad, desde su buzón. El código le permite administrar todas las cuentas informáticas de la comunidad, monitorear los intercambios y, potencialmente, consultar el contenido de los mensajes. “Estoy en obediencia a una instrucción tal como me fue formulada. Es una organización técnica para organizar el control de carácter profesional »dice el ingeniero, ahora destinado en Occitania.

Sin embargo, las señales parpadean. Responsable de implementar el depósito, el proveedor de servicios Spie service encuentra el proceso inusual, en contradicción con las recomendaciones éticas. Pide confirmación, devolviendo un formulario de la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL), según el cual este tipo de acceso a la computadora debe reservarse para puestos específicos, para el mantenimiento estricto de la red. La región confirma su pedido, alegando confidencialidad, y el mecanismo se activa.

«Es malo, especialmente si el lunar vuelve a aparecer»

El período es especialmente tenso para los operadores de TI, que tienen prisa por fusionar con éxito las dos regiones, Auvergne y Rhône-Alpes. Esto causa conflicto y sufrimiento en el servicio. Y luego hay otra solicitud: la búsqueda de remitentes o destinatarios utilizando la palabra clave «dangele», que corresponde a la dirección de correo electrónico del antiguo periódico satírico. El chisme de Angela. Este acercamiento pretende buscar las fuentes de Gérard Angel, exjefe del servicio político del Progreso, quien lanzó su propio semanario, repleto de información confidencial. En pleno período electoral, el periodista independiente multiplica las revelaciones sobre la gestión del equipo de Jean-Jack Queyranne, entonces presidente (PS) del consejo regional, no sin burlas y caricaturas dibujadas. El reportero se burla del director general de servicios (DGS), el prefecto Philippe De Mester, a quien apoda «Maître Kanter», porque tiene «el hábito de enjabonarse».

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