Durante el verano de 1957, Enzo Ferrari estaba en crisis cuando se avecinaba la bancarrota mientras él y su esposa Laura luchaban en su matrimonio mientras lloraban la pérdida de su hijo. Sus pilotos ansiaban ganar mientras Ferrari los empujaba al límite para vencer a la competencia. Puso todo en juego en un intento de ganar la traicionera carrera de 1.000 millas por Italia.
En lugar de hacer una película biográfica más tradicional que narra toda la vida de la persona, Mann opta por centrarse en un momento muy específico de su vida. Ayuda a limitar el enfoque y al mismo tiempo pinta una imagen del hombre en cuestión. El cineasta y su equipo trabajaron mucho para investigar y hacerlo bien. Con ese fin, se dedicaron años de investigación únicamente al accidente. Como él dijo:
«Hubo muchas versiones diferentes de lo que ocurrió en ese accidente. Un señor de la fábrica de Ferrari llamado Gabriele Lolli, que es una de las personas que dirigen su división de restauración, fue a la prefectura y desenterró todos los informes policiales. Investigó el accidente durante tres años. Es el examen forense más detallado que puedas imaginar, y así supimos exactamente lo que pasó: que el neumático se pinchó, que golpeó un hito que lanzó el auto por los aires, que iba entre 140 y 160 cuando chocó contra un poste telefónico.»
Mann también añadió: «Te encuentras con estas cosas cuando haces la investigación. Y me conmovió emocionalmente crear esa escena». Por brutal que pueda ser, la escena es una recreación cuidadosamente construida de un evento de la vida real, uno que forma parte de la historia de Enzo Ferrari.
«Ferrari» ya está en los cines.