Esa vez, la estrella de Shogun, Hiroyuki Sanada, se robó el show en la última temporada de Lost


Sanada aparece en los primeros seis episodios de Perdido temporada 6 como el enigmático Dogen. En acuerdo con Perdido Tradicionalmente, el nombre del personaje de Sanada está asociado con el nombre de un filósofo famoso (Locke, Bentham, Rousseau, Hume, et. al.), en este caso el pensador budista del siglo XIII Dōgen Zenji. PerdidoEl Dogen, sin embargo, es un poco más físico que su homólogo histórico.

Como parte del contingente de la isla conocido como Los Otros, Dogen vive en un misterioso santuario conocido como “El Templo” en el que, debido a su presencia, el temido Hombre de Negro, también conocido como Monstruo de Humo (Titus Welliver), no se atrevería a entrar. Al comienzo de la temporada 6, Dogen permite que nuestros personajes principales encuentren refugio en el Templo cuando el sobreviviente Hurley (Jorge García) le presenta una nota de la deidad de la isla, Jacob (Mark Pellegrino). También permite que Sayid (Naveen Andrews), gravemente herido, convalezca en el estanque de curación del Templo, que desafortunadamente aparentemente ha sido corrompido por el Hombre de Negro de alguna manera.

Mientras PerdidoLos fanáticos no recuerdan con especial cariño el “arco del templo” de seis episodios, pero Dogen sí. Y eso es porque es genial. Bien entrenado en las artes marciales y temible en la batalla, Dogen patea fácilmente el trasero no-muerto de Sayid. Sabe hablar inglés, pero prefiere no hacerlo y dice que no le gusta la forma en que el inglés “sabe bien”. [his] lengua.» En cambio, confía en su compañero Lennon (también llamado así en honor a una especie de filósofo) para transmitir sus mensajes al grupo en general. Lennon es interpretado por la leyenda de la televisión John Hawkes (True Detective: País nocturno) y se ve así, por cierto…

Sin embargo, lo más impresionante es que se revela que Dogen no solo es un personaje común de “samurái solitario”. En su sexto y último episodio del programa, Sanada recibe un monólogo desgarrador sobre el pasado de Dogen y lo pronuncia con aplomo.

Resulta que Dogen no siempre fue un místico pateador de traseros al servicio de Jacob en la isla, sino más bien un banquero de Tokio con un problema con la bebida. Una fatídica noche en Japón, Dogen recogió a su hijo de 12 años del béisbol y tuvo un accidente automovilístico. Jacob se apareció a Dogen en el hospital y le ofreció salvar la vida de su hijo herido si se unía a él para un papel especial. Dogen estuvo de acuerdo y ha estado viviendo en el Templo desde entonces, para nunca regresar a casa.

La recontextualización que hace Dogen de un samurái estereotipado a un padre afligido es un ejemplo perfecto de lo que Perdido lo hizo muy bien. Una y otra vez, Perdido presenta a un personaje como una figura gigantesca solo para luego revelar que es solo un tipo*, perdido y confundido como el resto de nosotros. Benjamin Linus no es un líder astuto sino un cobarde con problemas paternos. John Locke no es el mesías sino un títere. Incluso el todopoderoso Jacob comenzó su larga vida como un bebé humano cuya madre llegó a la isla en algún momento de la época romana clásica.



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