Estados Unidos: el enfrentamiento entre la Casa Blanca y los republicanos electos levanta el espectro de un default financiero


Cataclismo, catástrofe, colapso, Armagedón: el vocabulario es clásico entre los comentaristas estadounidenses. Según el Tesoro, Estados Unidos está a pocas semanas de un posible default, cuyas consecuencias sobre la economía nacional y mundial son escalofriantes. Esta amenaza es recurrente. Para evitarlo, el Congreso suele acordar elevar el techo de la deuda, que ahora se sitúa en más de 31.000 millones de dólares (28.000 millones de euros). Tal medida se ha tomado veinte veces desde 2001. Pero esta coreografía ahora se ve amenazada por el enfoque maximalista del Partido Republicano en la Cámara de Representantes. Este último decidió condicionar este aumento a los recortes presupuestarios. Inaceptable, para Joe Biden.

El martes 9 de mayo, el presidente estadounidense recibió en la Casa Blanca al «speaker» de la Cámara, Kevin McCarthy, así como al resto de líderes parlamentarios, demócratas y republicanos. «No vi ningún movimiento», explicó el locutor. Su colega republicano en el Senado, Mitch McConnell, por su parte aseguró: “Estados Unidos nunca ha fallado y nunca lo hará. » Pero Kevin McCarthy tuvo cuidado de no hacer un compromiso tan solemne. Para el 12 de mayo está prevista una nueva reunión entre los mismos actores y sus asesores.

En un discurso pronunciado al comienzo de la velada seguido de un raro ejercicio de preguntas y respuestas con la prensa, Joe Biden repitió a su vez que “el valor predeterminado no es una opción”. El mandatario dijo estar listo para encabezar una discusión separada con miras a la reducción de la deuda del país, al tiempo que destacó que su administración ya logró una reducción del déficit de 1.700 millones de dólares en dos años. El plan presupuestario -indicativo- de la propia Casa Blanca, presentado a principios de marzo, prevé una continuación de esta reducción de 3.000 millones en diez años. Para ello, el texto defiende en particular un aumento de la fiscalidad a las empresas del 21% al 28% y la capacidad de Medicare, la Agencia Federal del Departamento de Salud de Estados Unidos, para negociar el precio de los medicamentos con la industria farmacéutica.

Texto de presupuesto «muerto»

Por ahora, todos se mantienen en sus posiciones. La administración Biden rechaza cualquier chantaje parlamentario sobre la capacidad del Estado para pagar sus deudas y endeudarse, considerando que las negociaciones presupuestarias deben realizarse por separado. «La idea de que no pagaríamos nuestra deuda es simplemente extraña, señaló Joe Biden, durante una entrevista con MSNBC, el 5 de mayo. Se estima que si no pagáramos nuestra deuda, perderíamos 750.000 puestos de trabajo. Tendríamos una recesión. Sera un desastre. » En 2011 y 2013, bajo la presidencia de Obama, de la que Joe Biden fue vicepresidente, se llegó a un acuerdo de última hora, para evitar el default. Durante el mandato de Donald Trump, el techo de la deuda se elevó tres veces.

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