Explicación del final de Knock at the Cabin: cómo cambiar el libro pero mantener el espíritu


Wen está muerto y todos los jinetes excepto Sabrina se han sacrificado. Sabrina lleva a Andrew y Eric, que llevan el cadáver de Wen, al lugar donde se enterraron las llaves de la camioneta, con información vaga sobre dónde quedó la camioneta (la pandilla la movió para evitar que se fueran). Ella implora a los hombres por última vez que elijan y sacrifiquen a uno de ellos antes de que sea demasiado tarde. Y ella se quita la vida dejando a Eric y Andrew desesperados y solos.

Ambos están dispuestos a morir en este punto. No porque quieran seguir las reglas: cualquier dios que no aceptaría la muerte de su preciosa hija como un sacrificio suficiente no es un dios que les importe. Pero debido a que su mundo casi ha terminado ya. Terminó, pero el uno por el otro y el profundo amor que comparten.

Por ese amor ninguno puede sacrificarse: ver morir al otro y quedarse solo es un destino mucho peor que la muerte. Ambos deben vivir, por el bien del otro. Como la famosa cita de Samuel Beckett del final de su novela el innombrable dice: “Debes continuar. no puedo seguir yo sigo”. Es el mantra del libro al final (y la condición humana, y del amor mismo, es un libro pesado). Andrew y Eric continuarán, juntos, solos frente a un apocalipsis real, o simplemente el suyo propio. Esta no fue su elección, no fue su culpa, y estarán condenados si se destruyen entre sí por el bien de una deidad vengativa que puede o no existir. A la mierda con ese tipo, como dicen al final del libro (estamos parafraseando).

La palabra, como proclama el comienzo del nuevo testamento, es amor. Y al final de Cabinael amor es lo que queda, dios, apocalipsis o no.

¿Por qué el cambio?

Bueno, no nos sorprende que Night optó por no matar a un niño de 8 años y tener un final que dejaría al público sollozando en sus palomitas de maíz en el mejor de los casos, y molesto porque no hay una respuesta definitiva sobre el apocalipsis en el peor.

En una sesión de preguntas y respuestas posterior a la proyección, Shyamalan le contó a la audiencia sobre las conversaciones que tuvo con su propia familia (tiene tres hijas) sobre lo que podrían hacer en esta situación. Al principio, dijo, la familia optó por no sacrificar a nadie. Pero ante la idea de que el más joven nunca encontraría el amor, nunca se casaría, nunca iría a la universidad o experimentaría la vida, toda la familia decidió que valía la pena el sacrificio. Y esa es la ruta que toma la película: Eric muere voluntariamente para que Wen y Andrew puedan vivir. Y esa también es una decisión tomada con amor. Mantener vivo a Wen permite un final en el que no queda ambigüedad, pero los temas de la historia son los mismos, o al menos similares.



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