Gran Bretaña no puede deportar a los solicitantes de asilo a Ruanda


Cualquiera que venga al Reino Unido de manera irregular debe irse rápidamente; los antecedentes personales no deberían importar. Al menos eso es lo que quiere el gobierno. Gran Bretaña había concluido un acuerdo correspondiente con Ruanda. Pero eso ahora está en peligro de colapsar.

Los planes del gobierno británico (en la foto del primer ministro Rishi Sunak) se han detenido por el momento.

Dan Kitwood/Getty

(dpa) El gobierno británico ha fracasado ante los tribunales con sus planes de deportar a los solicitantes de asilo a Ruanda. Un tribunal de apelaciones de Londres dictaminó el jueves que el plan de la ministra conservadora del Interior, Suella Braverman, era ilegal. Los jueces dictaminaron por mayoría que Ruanda no puede considerarse un tercer país seguro. La razón de esto son las deficiencias en el procedimiento de asilo allí. No se puede descartar que las personas que buscan protección en Ruanda sean deportadas a sus países de origen, aunque tengan derecho a asilo. La decisión aún puede ser apelada ante la Corte Suprema del Reino Unido.

Los planes de Braverman prevén que las personas que hayan entrado en Reino Unido de forma irregular -independientemente de su origen y sin que se examine su solicitud de asilo- serán detenidas y deportadas a Ruanda lo antes posible. Luego deben solicitar asilo allí. No está previsto un regreso a Gran Bretaña. Existe un acuerdo en este sentido con el gobierno de Kigali, que ha sido criticado repetidamente por activistas de derechos civiles por violar los derechos humanos.

El gobierno británico quiere disuadir a los inmigrantes que ingresan irregularmente al Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones. El año pasado, más de 45.000 personas llegaron a Gran Bretaña de esta manera, aunque las fuerzas conservadoras habían anunciado que el Brexit reduciría la migración.

El plan de Braverman y el primer ministro Rishi Sunak había sido duramente criticado internacionalmente. Los activistas de derechos humanos lo describieron como una violación de las obligaciones internacionales.

El Reino Unido no ha creado capacidad para recibir inmigrantes y no ha tenido un acuerdo de readmisión con la UE desde el Brexit. Por lo tanto, muchas personas se alojan en hoteles, lo que genera altos costos para los contribuyentes.



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