Hacia un tratado internacional para luchar contra la contaminación plástica


Después del clima, ¿plástico? Casi siete años después del acuerdo de París, ¿la comunidad internacional enfrentará esta otra amenaza planetaria? Se podría dar un primer paso durante los 5y Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), en Nairobi, donde se iniciarán las negociaciones cruciales sobre un tratado internacional legalmente vinculante para luchar contra la contaminación plástica el lunes 28 de febrero. Previsto hasta el 2 de marzo, la UNEA debe actuar sobre la creación de un comité de negociación intergubernamental. Es este organismo el que se encargará de desarrollar el futuro tratado, que podría adoptarse en la próxima asamblea de la ONU en 2024.

Para la directora general del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, se trata ni más ni menos que del nombramiento «el más importante en la agenda ambiental mundial desde el acuerdo de París sobre el cambio climático en 2015».

Lo que está en juego es proporcional al peligro. Cada minuto, el equivalente a un camión de basura lleno de desechos plásticos se derrama en los océanos. Al ritmo actual, la contaminación plástica de los océanos (11 millones de toneladas por año) se habrá cuadriplicado para 2050. Impulsada por el sector del embalaje, una salida ahora favorecida por la industria del petróleo y el gas, la producción mundial de plástico debería más del doble. coquetear con los mil millones de toneladas anuales para 2050. Desde 1950, se han producido en el mundo cerca de 10 mil millones de toneladas de plástico, principalmente a partir de la década de 2000. Más del 70% se ha convertido en desechos, la mayoría de los cuales terminan en el medio ambiente o en vertederos.

Una amenaza para la salud humana

Según el PNUMA, en todo el mundo se generan anualmente 300 millones de toneladas de residuos plásticos. Un peligro para los ecosistemas marinos y la biodiversidad: 1,4 millones de aves y 14.000 mamíferos marinos son hallados muertos cada año, por la ingestión de plásticos. Una amenaza para la salud humana: toda la cadena alimentaria está contaminada por sustancias tóxicas, que en particular tienen efectos de alteración endocrina, que propagan. Contaminación fuera de control que afecta a todos los rincones del planeta, a la cumbre del Everest o al témpano de hielo de la Antártida en forma de micropartículas.

El plástico, por estar basado en la extracción y transformación de energía fósil, también contribuye al calentamiento global. En un informe publicado en 2019, el Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL) estima que su producción anual emite tantos gases de efecto invernadero como unas 189 centrales eléctricas de carbón. Si se suma la incineración de residuos, se podrían generar 56.000 millones de toneladas de emisiones de CO2 para 2050, el equivalente a 615 centrales eléctricas. Es decir, el plástico podría engullir entre el 10 % y el 13 % del presupuesto global de carbono que no se debe superar para contener el aumento de las temperaturas a 1,5 °C en ese plazo.

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