Hertz está vendiendo sus vehículos eléctricos porque falló en el lanzamiento para conductores de viajes compartidos


Es una historia de precaución sobre cómo evaluar nuevos mercados y cómo no introducir un nuevo producto.

Hertz causó sensación en 2021 cuando anunció que compraría 100.000 sedanes Tesla Model 3 en poco más de un año. Seis meses después, la empresa de alquiler de coches dijo que compraría 65.000 Polestars en cinco años. Parecía que la transición a los vehículos eléctricos estaba a punto de arrasar en el mercado de coches de alquiler.

El jueves, la barrida fracasó.

Hertz dijo en una presentación ante la SEC que vendería 20.000 de sus vehículos eléctricos y los reemplazaría con vehículos impulsados ​​por combustibles fósiles. ¿Otra señal de que el impulso de los vehículos eléctricos se está desacelerando? Tal vez. Pero es más probable que se trate de una advertencia sobre cómo las empresas deben evaluar los nuevos mercados y cómo no presentar un nuevo producto a sus clientes.

Después de que Hertz comenzó a comprar vehículos eléctricos, dirigió la mayoría de ellos a conductores de Uber. Uber estaba empujando a los conductores hacia los vehículos eléctricos en varios mercados, ciudades como Nueva York los estaban atrayendo a hacer el cambio y tenían costos operativos atractivos en comparación con los autos propulsados ​​por gasolina. Los conductores de Uber también alquilaban los coches por periodos de tiempo más largos, dijo Hertz, lo que significa que se necesitaban menos empleados para dar servicio a un número determinado de vehículos. Además, los costos de mantenimiento eran menores y Hertz pudo alquilarlos a precios más altos.

«Los vehículos eléctricos abren la puerta a nuestra creciente presencia en los viajes compartidos, donde la electrificación es un requisito cada vez más rápido y no simplemente una opción, en un canal en el que estamos en una posición única», dijo el director ejecutivo de Hertz, Stephen Scherr, en la conferencia telefónica sobre los resultados del tercer trimestre de la compañía.

Pero si bien los costos de mantenimiento pueden haber sido menores, la reparación de los daños causados ​​por las colisiones terminó siendo mayor de lo esperado. Dado que la reparación de los Tesla cuesta más, eso no debería ser una sorpresa. Son vehículos relativamente nuevos y los talleres de carrocería no tienen tanta experiencia con ellos. Es un problema que no es exclusivo de los Tesla: arreglar un Volkswagen cuesta más que arreglar un Chevy, por ejemplo. Por qué Hertz pensó que sus autos serían diferentes es una incógnita.



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