Impuesto a las multinacionales: Europa presiona a Budapest


El tema no estaba en la agenda de la reunión de ministros de Hacienda europeos, que se reunió en Praga el viernes 9 y sábado 10 de septiembre, pero fue invitado a la mesa de diálogo entre los tesoreros del Viejo Continente. El francés Bruno Le Maire y cuatro de sus homólogos -el alemán Christian Lindner, la española Nadia Calvino, el italiano Daniele Franco y la holandesa Sigrid Kaag- aprovecharon este foro para relanzar el proyecto de introducir un impuesto mínimo del 15% sobre la beneficios de las grandes multinacionales, ahora bloqueadas por Hungría.

«Estamos listos para [le] implementar en 2023 y [à utiliser] todos los medios legales [pour y parvenir] », dijeron los cinco ministros en un texto conjunto, que publicaron a media jornada del viernes. El mensaje es claro: los europeos encontrarán un camino a seguir aunque Budapest no levante su veto. Sin embargo, había firmado el acuerdo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en virtud del cual 137 países se comprometieron en 2021 a adoptar un impuesto mínimo.

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En las últimas semanas, la Comisión ha consultado a las capitales para saber cuáles estarían a favor de una «cooperación reforzada» lo que les permitiría implementar este compromiso sin necesidad de la unanimidad de los Veintisiete, como suele ocurrir en materia fiscal. Este procedimiento permite al ejecutivo comunitario presentar una propuesta que debe ser adoptada por los Estados miembros por mayoría cualificada, y que puede materializarse cuando al menos nueve de ellos decidan ejecutarla.

“La justicia fiscal debe ser una prioridad de la UE”

El 17 de junio, además de Hungría, los otros veintiséis europeos votaron a favor de la adopción por parte de la Unión Europea (UE) de un impuesto mínimo del 15% sobre los grupos más grandes. Pero algunos de ellos, como Irlanda, Malta, Luxemburgo o Estonia habían expresado previamente sus reticencias. “Terminaron siguiendo el ejemplo. Pero no hay nada que decir que participarían en una cooperación reforzada”, explica un diplomático. Sobre todo porque este mecanismo no es apreciado por los países pequeños, que lo ven como una forma de eludir su derecho de veto.

Los países europeos que deseen avanzar también pueden hacerlo solos, aprobando un texto ante su parlamento nacional, en la medida en que hayan firmado el acuerdo de la OCDE. “Podemos hacer que más estados miembros sigan de esta manera”, continúa este diplomático. Berlín ya está trabajando en un proyecto de ley. “La justicia fiscal debe ser una prioridad de la UE. Pondremos en marcha el impuesto de sociedades mínimo a partir de 2023, ya sea por la vía europea o por la vía nacional”.dice Bruno Le Maire.

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