Yasmina Kattou, editado por Philippe Folgado // Crédito de la foto: StockSnap / Pixabay
El sueño tiene efectos beneficiosos para nuestra salud, incluso más de los que pensábamos. El INSERM y el centro hospitalario universitario de Vaudois se interesaron por la relación entre el riesgo de accidentes vasculares y cinco componentes del sueño. Según este estudio, si mejoramos al máximo la calidad de estos cinco factores, reducimos el riesgo de accidentes en un 60%.
Dormir bien es un elemento importante en nuestro día a día, pero más aún para nuestra salud a largo plazo. En un estudio publicado el viernes en el European Heart Journal, investigadores del INSERM y del centro hospitalario universitario de Vaudois se interesaron por la relación entre el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y los cinco componentes de nuestro sueño: duración, cronotipo, frecuencia de insomniosomnolencia diurna excesiva y apnea del sueño. Según este estudio, si mejoramos al máximo la calidad de estos cinco jugadores, reducimos el riesgo de accidentes en un 60%.
“Mejorar un componente ya es muy beneficioso”
«La duración óptima del sueño en adultos es alrededor de 7 a 8 horas diarias, ser más mañanero, no tener insomnio, ni somnolencia durante el día y sobre todo no tener apnea del sueño, este es un marco óptimo, el Santo absoluto Grial», según Jean-Philippe Empana, director de investigación del INSERM en el Centro Cardiovascular de París. Pero quiere tranquilizar a la población: “no se trata de asustar a la gente diciendo que debemos tener estos cinco componentes en un nivel óptimo” para reducir los riesgos.
Porque basta con mejorar al menos uno de estos cinco componentes para reducir significativamente los riesgos: “cuando ya mejoramos un componente del sueño, como la duración del sueño, ya es muy beneficioso ya que tenemos una reducción del 20%, que es mucho.» Además, “no hay un componente que sea más útil que otro”, todos ellos son beneficiosos para la salud.