Investigadores rastrean la saga de la domesticación de la vid


¿Dónde y cuándo se domesticó la vid? Aunque mítico, este evento parecía haberse disuelto en la noche de los tiempos. Muchas pistas, especialmente textuales, apuntaban al Cáucaso (actual Georgia, Armenia y Azerbaiyán) y sus alrededores. Según la Biblia, Noé, después del diluvio, habría plantado sus primeras vides en el monte Ararat, en el este de Anatolia. Y en la Epopeya de Gilgamesh, un cuento de cuatro mil años de antigüedad, se dice que el rey de Uruk conoció a la «mujer del vino» (responsable de producir y vender la preciada bebida) en Dilmun, en lo que ahora es el persa. Golfo. En cuanto a la palabra «vino», deriva de términos forjados en Anatolia y el Cáucaso, lo que llevó a la raíz indoeuropea *wVn luego a los términos griegos οίνός y latino vino.

Los científicos, por su parte, permanecieron divididos. Para algunos, solo hubo un evento de domesticación, en el Cáucaso. Para los demás habría dos, habiéndose producido el segundo en el Creciente Fértil, cuna de la agricultura (región del Cercano Oriente que se extiende desde el Mar Muerto hasta el Golfo Pérsico). En cuanto al momento de esta domesticación, eso también permaneció confuso. Según dos estudios publicados en 2017 y 2018, por ejemplo, data de hace unos 8.000 años.

Una vez más, el ADN ha hablado. Y la historia grabada en esta larga cinta, según nos cuentan los investigadores en la revista Ciencia el 3 de marzo, sacude estas nociones. Un equipo internacional ha descifrado el genoma de unas 1.600 variedades cultivadas (variedades de uva) y 840 formas silvestres (lambrusques) de vid, de 16 países de todo el mundo. Por cierto, una curiosidad: el genoma de la vid, unas 6 veces más corto que el humano, tiene más genes: unos 30.000 para la vid, frente a 20.000 para nuestra especie.

» Jamas visto «

Gracias a este desciframiento, los investigadores rastrearon la aventura de la domesticación de Vitis vinifera. Cómo ? Mapeando las similitudes y diferencias en el genoma de estas variedades domésticas y silvestres. “Cerca de 1.000 variedades analizadas procedían de dos colecciones francesas del INRAE [Institut national de recherche pour l’agriculture, l’alimentation et l’environnement]uno en Burdeos, el otro en Montpellier, que alberga la colección del Domaine de Vassal, la más rica del mundo”, dice Thierry Lacombe, profesor del Institut Agro Montpellier, coautor del estudio. Otras variedades analizadas, por ejemplo de viejos viñedos en Armenia, nunca habían sido claramente identificadas.

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