La casa de Zola en Médan


En mayo de 1878, Émile Zola adquirió una encantadora casa situada a orillas del Sena, en Médan. Adquirido gracias al éxito de su novela «L’Assommoir», el pequeño edificio se amplió gradualmente hasta convertirse en una magnífica residencia. En su enorme oficina, detrás de un techo de cristal decorado con vidrieras de colores, Zola escribe algunas de sus obras maestras. En esta sala imprescindible, encima de una chimenea monumental, todavía leemos el lema del escritor: “Ni un día sin una línea”.



Source link-59