Si bien puede haber parecido extraño que Martin Scorsese estuviera haciendo una película familiar en 3D, «Hugo» no podría haber sido un mejor proyecto para él. «Hugo» es una carta de amor al cine clásico que revive la magia del cine para audiencias de todas las edades. Aunque los protagonistas son jóvenes, la película explora la historia del cine mientras el personaje principal indaga en los secretos de su padre. Es lógico que a un actor de la experiencia de Ben Kingsley se le encomiende interpretar al gran Georges Méliès, uno de los cineastas más influyentes de todos los tiempos.
Méliès creó películas clásicas tempranas como «Un viaje a la luna» y «El viaje imposible», que utilizó técnicas innovadoras en coreografía, decoración de escenarios y efectos visuales. Sin embargo, la versión de Méliès que retrata Kingsley en «Hugo» es la de un hombre mayor cuyo legado ha sido olvidado. Ahora es el propietario de una tienda de juguetes peculiar que está irritado por Hugo Cabret (Asa Butterfield) y su ahijada, Isabelle (Chloë Grace Moretz). Solo después de pasar tiempo con estos niños, Méliès recuerda por qué se enamoró de las películas en primer lugar.
Kingsley explora la mentalidad de un hombre que está redescubriendo sus pasiones; sus expresiones de pura alegría son entrañables. Al igual que Méliès se convierte en mentor de los personajes más jóvenes de la película, parece que Kingsley está dando la bienvenida a sus coprotagonistas más jóvenes a la industria.