Estudios, realizados en Estados Unidos y México, ya han puesto de manifiesto un exceso de mortalidad, tanto en los periodos más fríos como en los más cálidos. También establecieron un vínculo específico entre el aumento suicidios y altas temperaturasque no está presente en caso de frío.
Los mismos fenómenos durante un período de casi 50 años.
En el nuevo estudio, publicado esta semana en el American Journal of Epidemiology, los investigadores del Inserm observaron los mismos fenómenos durante un período de casi 50 años en Francia.
Los científicos compararon la cantidad de muertes que ocurrían cada día desde 1968 en cada región con las temperaturas diarias durante todo el período de observación, observando solo los vínculos a corto plazo entre la temperatura y la mortalidad.
La tasa de mortalidad fue mínima cuando la temperatura estaba cerca de los 20°C. Aumentó tanto cuando la temperatura superó los 20°C como cuando descendió por debajo de los 20°C. Entre las 22 causas de muerte consideradas, casi todas siguieron esta curva en U.
La serotonina baja puede aumentar el riesgo de actuar mal
Una excepción notable es la mortalidad por suicidio. «Esto aumenta regularmente con la temperatura, pero no hay un exceso de suicidios con temperaturas frías», dijo a la AFP Rémy Slama, jefe del estudio y director de investigación del Inserm. Si el estudio no profundiza en los parámetros biológicos que permitirían comprender los mecanismos subyacentes que explican este vínculo entre la temperatura y el suicidio, se pueden plantear algunas hipótesis.
«Se sabe que el aumento de las temperaturas reduce los niveles de la hormona serotonina, que tiene una función inhibidora del comportamiento impulsivo: su reducción podría aumentar el riesgo de suicidio», explica Rémy Slama.
Cambiar las interacciones sociales podría influir
Otra hipótesis: “la modificación de las interacciones sociales, reducidas en períodos de mucho calor, podría influir en determinados pasajes al acto”, avanza.
Esta investigación también tuvo como objetivo ver si el impacto de las temperaturas variaba con el tiempo, aislando tres períodos diferentes. Muestra que los efectos de la temperatura sobre la mortalidad por todas las causas y la mortalidad por suicidio disminuyeron entre los períodos 1968-1984 y 1985-2000.
Sin embargo, no se observó ninguna nueva atenuación durante el período 2001-2016 en comparación con el período anterior (1985-2000). “Esto aboga por una cierta adaptación de la sociedad a las temperaturas extremas, sin duda gracias a cambios en los sistemas de salud o en el hábitat”, subraya el Sr. Slama. “Pero esto tiene sus límites y no puede borrar por completo el impacto del aumento de las temperaturas”.