Las tensiones en torno a la reforma del control del tráfico aéreo hacen temer una huelga a finales de abril


Las negociaciones iniciadas hace casi quince meses entre la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y los sindicatos de controladores aéreos con motivo de la reforma de los servicios de navegación aérea se han vuelto repentinamente tensas en los últimos días, generando temores de movimientos sociales que puedan perturbar los vuelos. en los aeropuertos franceses. El Sindicato Nacional de Controladores Aéreos (SNCTA), organización mayoritaria entre los controladores aéreos, anunció el miércoles 10 de abril la presentación de una “aviso de paro nacional para el jueves 25 de abril”.

Oficialmente, se trata de la cuarta versión del protocolo social, que rige la organización del trabajo de los controladores aéreos hasta 2027, lo que no agradó a los sindicatos de controladores aéreos. Con motivo de esta versión, indica el gremio, la DGAC habría “da un giro inaceptable a los anticipos concedidos desde hace casi un año”. En particular, el acceso a niveles más altos de remuneración y formación. Muy molesto, denuncia el sindicato mayoritario “un deseo de no tener éxito por parte de la dirección”.

Hay mucho en juego, especialmente en este año olímpico, porque es absolutamente necesario que las dos partes lleguen a un acuerdo para finalizar la revisión de los servicios de navegación aérea. Francia ya no quiere ser la mala estudiante del cielo europeo con repetidos ataques. No se deben a la SNCTA, precisa este último, que informa haber presentado “sólo tres avisos de huelga en diez años”. Sin embargo, las aerolíneas han empezado a ser escuchadas. Desde principios de año, los controladores, al igual que otras categorías de personal del transporte aéreo, están obligados a declarar una huelga cuarenta y ocho horas antes del inicio del conflicto.

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Esta decisión pone en marcha la próxima gran reestructuración del control del tráfico aéreo. El objetivo es seguir el crecimiento del tráfico aéreo, que se espera que aumente en “10% a 20% para 2030”dijo un secretario nacional del SNCTA. “La ambición de la DGAC, con esta reforma, es poner a Francia al mismo nivel que otros países europeos”, explica el sindicalista. En la práctica, la DGAC debería cerrar gradualmente una cuarta parte de las torres de control actualmente en servicio entre 2028 y 2035.

Aumento de remuneración exigido

La medida tendrá consecuencias desafortunadas para algunos aeropuertos regionales. Debido a la falta de una torre de control, unas treinta o veinte de ellas ya no podrán ser atendidas por líneas regulares. Un potencial casus belli para Thomas Juin, presidente de la Unión Francesa de Aeropuertos (UAF), que rechaza esta ola de cierres “si resulta en una pérdida de actividad para los aeropuertos”. Para hacer frente a esta eventualidad, la UAF, al igual que el SNCTA, desea obtener la lista de aeropuertos objetivo. El Sr. Juin indica haber recibido, “Hace un año, el seguro de Clément Beaune”entonces ministro de Transportes, “que la actividad no se vería amenazada”.

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