En el tráiler de la película, puedes ver una serie de robots que parecen… bueno, como robots. Cuerpos de metal, cabezas en forma de cañón, ese tipo de cosas. La parte insidiosa es que hay muchos «humanos» allí, y como con los Skrulls en «Secret Invasion» de Marvel, no podemos decir quién es humano y quién no. Edwards dijo:
«Quería que la IA se sintiera muy humana. Básicamente, la IA en nuestro mundo cree que son reales. Se sienten tan 100 % vivos como todos los demás… Filmamos en ocho países diferentes, íbamos a pequeñas comunidades y filmábamos escenas en cabañas y templos reales. Nunca le dijimos a nadie si iban a ser robots o no.
«Entendieron que era ciencia ficción y que habría robots, pero nunca le dijimos a nadie quién sería o no IA, porque no queríamos que se comportaran de manera diferente. Y luego, en la posproducción, elegimos quién sería un robot, en función de su desempeño. Cuanto más naturales eran, más emocionante era hacer que esa persona fuera Al».
Por un lado, ese enfoque parece extraño. Por otro lado, parece que fue genial para la narrativa. También hubo una razón de producción legítima para ello, según el supervisor de efectos especiales Jay Cooper («Avengers: Endgame»). Dijo que hacía que las actuaciones de los actores funcionaran mejor que la captura de movimiento. Él dijo: «Si te dijera: ‘Está bien, necesito probar tu movimiento ahora. ¿Puedes caminar de A a B?’ Vas a estar un poco cohibido al respecto. Entonces, los robots son reemplazos de las personas que están allí ese día».