Los Grasshoppers se rinden a su destino en St. Gallen y sufren un revés con una derrota por 3-1


Lo amargo para los zuriqueses es que el adversario no parece invulnerable. Pero la energía del FC St. Gallen en el estadio con entradas agotadas es demasiado grande: seis partidos en casa se acompañan de otros tantos éxitos.

El portero general Manuel Kuttin se esfuerza en vano: Willem Geubbels pone el 2-1 para el St. Gallen.

Christian Merz / KEYSTONE

Al principio se habla de una tendencia creciente, de los dos éxitos en Yverdon (3-0) y contra Lugano (2-1), de más esperanzas en las filas del recién creado Grasshopper Club, de una prueba en el estadio lleno lo que crea una atmósfera poco común en Suiza. Pero al final, todas las resoluciones de Zurich son sólo humo y espejos. GC ya no tuvo posibilidades de marcar en la segunda parte. Ni uno.

Y esto contra el FC St. Gallen, que hace tiempo que pasó al modo administrativo y después se celebra como si acabara de lograr algo grande. Una infinita gratitud se derrama desde las gradas hasta el campo. Los habitantes de Suiza Oriental no parecen invulnerables esta tarde. No se puede descartar la idea de que hubiera sido posible obtener un mayor rendimiento de GC. Sin embargo, la opinión de un miembro del personal de la general que habla de una “posible victoria” es bastante atrevida.

La hipoteca de GC se está volviendo demasiado grande

A los zuriqueses simplemente les faltan oportunidades de marcar. Aunque rápidamente recuperaron el 0-1 en contra después de 50 segundos, antes del descanso se quedaron atrás por 1-3 debido a errores defensivos individuales. Se trata de una hipoteca importante, especialmente en un estadio en el que todos los visitantes se fueron a casa sin puntos esta temporada, incluido el campeón YB. El entrenador de la general, Bruno Berner, se muestra vago, promete mejoras y luego se abstiene de hablar de un “revés”.

El partido es exactamente eso, ni siquiera por el resultado, sino por la actuación. También sería un pequeño milagro si un equipo que se ha transformado en casi todas las posiciones pudiera ponerse en marcha de inmediato con un nuevo entrenador. ¿Y encontraría una solución tras otra para poner en apuros al equipo de St. Gallen en su propio estadio?

La otra conclusión de la velada es que el FC St. Gallen sigue fiel a su línea. Ganar en casa, perder en territorio extranjero. Justificar esto no es fácil. En los círculos de juego de ambos lados se habla de la “gran energía”. En St. Gallen, ante más de 19.000 personas y en un estadio con entradas agotadas, sí, en Winterthur, Yverdon o Delsberg (salida de la Copa), no.



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