“Los suburbios en llamas tienen mucho más en común con las ciudades y pueblos abandonados de lo que imaginas”


PAGPara analizar los disturbios urbanos de 2023 -con mucho, los más graves desde los de 2005- y los malentendidos políticos que suscitaron, es imprescindible volver a las fuentes del malestar territorial francés. Los suburbios que arden hoy tienen mucho más en común con las ciudades y pueblos abandonados de lo que a veces se imagina. Sólo el acercamiento político de estos diferentes territorios desfavorecidos permitirá salir de las contradicciones actuales.

Volvamos. Entre 1900-1910 y 1980-1990, las desigualdades territoriales disminuyeron en Francia, tanto desde el punto de vista de las diferencias en el producto interior bruto [PIB] por habitante entre departamentos que las desigualdades en riqueza inmobiliaria o ingreso promedio entre municipios y entre departamentos.

Ha sucedido todo lo contrario desde los años 80 y 90 (Julia Cagé y Thomas Piketty, Una historia de conflicto político, Umbral, 832 páginas, 27 euros). La relación entre el PIB per cápita de los cinco departamentos más ricos y los más pobres, que pasó de 3,5 en 1900 a 2,5 en 1985, ha subido así a 3,4 en 2022.

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Asistimos a la transición a una concentración sin precedentes del PIB en unos pocos departamentos de Ile-de-France (particularmente París y Hauts-de-Seine), en relación con la expansión sin precedentes del sector financiero y las grandes empresas, y en detrimento de los centros industriales provinciales. Este espectacular desarrollo se ha visto exacerbado por la desregulación financiera y la liberalización comercial, así como por las inversiones públicas que dan un lugar privilegiado a la región de la capital y las principales ciudades (TGV versus trenes regionales).

Desafíos específicos

Encontramos cambios similares en cuanto a las desigualdades entre municipios. La relación entre la riqueza inmobiliaria media del 1% de los municipios más ricos y los más pobres ha pasado de 10 en 1985 a 16 en 2022. En Vierzon (Cher), en Aubusson (Excavar) o en Château-Chinon (Nièvre), el valor medio de la vivienda es de apenas 60.000 euros. Supera los 1,2 millones de euros en los 7mi distrito de París, así como en Marnes-la-Coquette (Hauts-de-Seine), Saint-Jean-Cap-Ferrat (Alpes-Maritimes) o Saint-Marc-Jaumegarde (Bouches-du-Rhône).

La relación entre la renta media del 1% de los municipios más ricos y los más pobres ha pasado de 5 en 1990 a más de 8 en 2022. La renta media es de apenas 8.000 a 9.000 euros al año y por habitante en Creil (Oise), Grigny ( Essonne), Grande-Synthe (Norte) o Roubaix (Norte). Alcanza los 70.000 a 80.000 euros en Neuilly-sur-Seine (Hauts-de-Seine), Vésinet (Yvelines) o Touquet (Pas-de-Calais). Incluso supera los 100.000 euros por habitante (¡niños incluidos!) en los 7mi y 8mi distritos de la capital.

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