Mandato de protección futuro, curatela, tutela… ¿De qué medidas jurídicas de protección estamos hablando?


¿Un familiar anciano ya no está en su sano juicio? ¿Ya no puede gestionar sus gastos ni formular sus pensamientos? Cuando un adulto pierde sus facultades mentales, o una razón médica le impide expresar sus deseos, se puede tomar una medida de protección legal para proteger sus intereses. Esta protección, garantizada por el artículo 415 del Código Civil, puede adoptar diferentes formas, como se detalla en un sitio gubernamental dedicado a las personas mayores y a sus seres queridos.

En Francia, la pérdida de autonomía afectó a casi 1,3 millones de personas en 2021, y afecta especialmente a las personas mayores (casi una de cada tres personas mayores de 85 años), según el INSEE. Para proteger a estas personas vulnerables, un familiar o ser querido puede solicitar un juez de lo contencioso de protección, quien establecerá, sobre la base de un peritaje médico, un régimen de protección adaptado a la alteración del estado de salud de la persona.

Desde la tutela, la medida más restrictiva, hasta simples medidas de apoyo, una actualización de las diferentes medidas jurídicas de protección de las que las personas adultas pueden beneficiarse.

Tutela

La tutela es la medida de protección más restrictiva. Se trata de personas que “ya no pueden velar por sus intereses debido a la alteración de sus facultades mentales” o quién “son físicamente incapaces de expresar su voluntad”. Cuando se presente una solicitud de tutela, la persona deberá ser oída, si su condición lo permite, por el juez de lo que es tutela.

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A continuación, éste designa a uno o más tutores (un familiar, si es posible, o un representante profesional) para representar a la persona en todos los actos de la vida civil. La persona protegida pierde toda capacidad jurídica para administrar sus ingresos y bienes. El tutor debe informar de las decisiones que tome a la persona protegida pero también al juez. Desde 2019, las personas bajo tutela ya no pueden ser privadas de su derecho de voto.

Curaduría

Bajo la curaduría, la persona protegida puede gestionar sus asuntos cotidianos sola, pero un curador asiste y controla las decisiones importantes que toma, como la venta de un inmueble, la apertura de una cuenta bancaria o un proyecto de donación. Existen varios tipos de curaduría –simple, reforzada o modificada– que pueden ampliar o restringir los actos que la persona protegida puede realizar sin el acuerdo de su curador.

A finales de 2022, 713.500 adultos se encontraban bajo tutela o tutela, según el Ministerio de Justicia.

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Salvaguardar la justicia

La salvaguardia de la justicia es una medida de protección temporal. Bajo este régimen, la persona conserva el ejercicio de sus derechos, pero se puede nombrar un representante especial para realizar determinados actos administrativos en su lugar: liberación de su seguro de vida, venta de bienes inmuebles, etc. También puede decidirse mientras se espera su colocación bajo curatela o tutela. Una reserva de justicia no puede durar más de un año y puede renovarse una vez.

Este es el régimen bajo el que se encuentra el actor Alain Delon, atrapado en medio de una disputa familiar entre sus hijos, en enero de 2024. Ahora está asistido por un representante legal. “para su seguimiento médico y en cuanto a la elección de los profesionales que garanticen su seguimiento”.

Autorización familiar

La autorización familiar se sumó a la lista de estos regímenes de protección en 2016. Permite que uno o más parientes (cónyuge, pareja de hecho, pareja de hecho, hijo, nieto, padre, abuelo, hermano o hermana) de la persona cuyas facultades estén disminuidas los represente. y tomar decisiones en su nombre. La autorización podrá ser general o limitada a determinados actos.

A diferencia de la protección jurídica, la curaduría o la tutela, una vez concedida la autorización, el juez ya no interviene, lo que puede hacer que este sistema sea más fácil de aceptar psicológicamente y de organizar para las familias. Pero también implica mucha confianza en la persona designada.

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Mandato de protección futuro

El futuro mandato de protección permite a una persona determinar de antemano las disposiciones que desea que se tomen en caso de que ya no se encuentre en condiciones (físicas o mentales) para hacerlo. Le permite elegir la(s) persona(s) que ejercerán su protección y definir el alcance de esta protección.

El mandato de protección futuro le permite proteger a la persona, sus bienes o ambos. No provoca que quien lo solicita pierda, en el momento, sus derechos ni su capacidad jurídica y se activa tras un peritaje realizado por un médico que debe constatar que las capacidades físicas o psíquicas de la persona se encuentran alteradas. Se trata, por tanto, ante todo de un contrato, y no de un mandato de tutela judicial, cuyo objetivo es poder respetar la voluntad de la persona en la protección de sus intereses.

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Si bien su salud ha empeorado en gran medida desde un ataque cardíaco en abril de 2023, Jean-Marie Le Pen, ex presidente del Frente Nacional (rebautizado como Agrupación Nacional), fue colocado en febrero de 2024 bajo ese mandato. Nombró a sus tres hijas, Marie-Caroline, Yann y Marine, sus agentes.

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Medidas de acompañamiento

Para las personas que tienen grandes dificultades para gestionar sus recursos diarios, pero que no tienen dificultades psicológicas o psiquiátricas, también existen medidas de apoyo graduales.

Los servicios sociales del departamento pueden implementar una medida de apoyo social personalizada, de acuerdo con la persona, si esta no puede utilizar correctamente las prestaciones sociales que recibe (por ejemplo, el RSA). Si este tipo de medida no fuera suficiente para darle autonomía, un juez también puede imponer una medida de apoyo legal, y luego nombrar un representante que recaude y administre todo o parte de los beneficios de la persona designada.

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