«Hacer una película tan elegante y magistral e históricamente tan importante como ‘El Padrino II’, no creo…», dice, pareciendo considerar la pregunta más a fondo. «Habría hecho algo interesante, pero su madurez ya estaba ahí», decide Scorsese. «Todavía tenía este tipo de cosa nerviosa, el niño salvaje corriendo».
Es cierto que las primeras películas de Scorsese, incluida «Mean Streets», estaban mucho menos pulidas que sus obras maestras posteriores. Sin embargo, esa no es la única diferencia que el cineasta ve entre él y Coppola. Scorsese también señala que su educación (creció en la Pequeña Italia de Manhattan durante el apogeo de la mafia) habría cambiado la forma en que abordaba la película. «No me sentía tan cómodo con la representación de figuras del inframundo de alto nivel. Yo estaba más al nivel de la calle», señala. «Había tipos de alto nivel en la calle. Podía hacer eso. Lo hice particularmente en ‘Goodfellas’. Ahí es donde crecí».
Scorsese dice que no tenía experiencia interpretando a «chicos en una sala de juntas o sentados alrededor de una gran mesa hablando» en ese momento, pero Coppola ya estaba en ese «nivel artístico». Aún así, señala que las diferentes experiencias de vida de la pareja llevaron a una película que tiene ecos de otro clásico perdurable: «Él no vino de ese mundo, el mundo del que vengo yo», le dice a Deadline. “La historia de ‘El Padrino II’ se parece más a ‘Le Morte d’Arthur’ de Thomas Malory. Es un arte maravilloso».
Scorsese compara el producto final de Coppola con «La muerte de Arturo» de Malory, una leyenda centenaria que redefinió la narración para siempre. Es un gran elogio para una película que se considera un clásico absoluto, de un maestro narrador a otro. Aún así, no puedo evitar preguntarme cómo habría sido la versión de Scorsese de la escena «Sé que fuiste tú, Fredo».