Si bien puede ser fácil reírse de lo absurdo de la situación, en realidad es un delito sorprendentemente grave en Italia dañar o matar a una paloma. Eso es porque son una de las 572 especies de aves protegidas por la Directiva de Aves de la legislación europea. Al mirar los anexos provistos por la Comisión Europea, es probable que el gobierno italiano quiera acusar a Bay de violar el Anexo 3, que establece que las «actividades que amenazan directamente a las aves» son punibles por ley y, de ser cierto, operar una plataforma rodante en la vecindad de las palomas podría encajar en esa descripción.
Esta no es la primera vez que Bay y su equipo intentan desestimar el caso. The Wrap afirma que las negociaciones para abandonar el caso se llevaron a cabo en tres ocasiones distintas, pero ninguna ha tenido éxito hasta ahora debido a que las autoridades italianas no quieren llegar a un acuerdo hasta que el director se declare culpable.
«Las autoridades italianas me ofrecieron la oportunidad de resolver este asunto pagando una pequeña multa», explicó Bay, «pero me negué a hacerlo porque no me declararía culpable de haber dañado a un animal».
Por el momento se desconocen más detalles sobre el caso.