Michael Ironside no entendía por qué Paul Verhoeven dirigiría Starship Troopers


«Starship Troopers» viste la gabardina de una película de guerra tonta. Tiene armas grandes, insectos más grandes y todos los traseros desnudos que una multitud ruidosa de películas podría querer. Pero debajo de las heridas de guerra retorcidas y el patriotismo obligatorio están sus ideales rígidos, llevados hasta el borde del absurdo. Tal es el enfoque que Verhoeven le explicó a Ironside, quien interpretaría al líder de escuadrón Rasczak (una combinación de dos personajes de la novela, el maestro de Rico y su oficial al mando) en la película. Ironside agrega,

«Básicamente me dijo: ‘Si contamos la historia y nos enfrentamos a ella, estamos lidiando con los prejuicios de las personas. Estamos lidiando con la inflexibilidad de las personas. Lo que tienes que hacer es contar la historia que tome exactamente lo que ellos’ están empujando a los extremos para que puedan verlo de la manera que es. Y sonreí y dije: ‘Me apunto'».

Verhoeven da crédito a la agitación entre Columbia Pictures y el conglomerado matriz Sony Pictures Entertainment por una película como un polvorín que pasó por un importante estudio de cine, pero Devin Meenan de /Film señala que «el borde satírico de ‘Starship Troopers’ se apagaría si no fuera así. Parecen los éxitos de taquilla que satirizaba». El crítico Stephen Hunter tuvo tantos problemas para distinguir la sátira fascista del respaldo que su reseña para The Washington Post se tituló «Gose Stepping at the Movies». Pero, como observa Chris Evangelista 25 años después del estreno de la película en 1997, «Starship Troopers» estableció a Paul Verhoeven como un hábil satírico.

Ironside tenía razón al dar el salto de fe.



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