Montpellier experimenta con un “fondo de alimentos” ciudadano


Cuatrocientas personas se reunieron en un abarrotado ayuntamiento de Montpellier un sábado por la noche para debatir “democracia alimentaria”de «poder ciudadano» y solidaridad. Estudiantes, familias, jubilados… empujados por la curiosidad de unos, por los amigos de otros, para intentar comprender la idea de “seguridad social alimentaria”. Muchos albergan la esperanza de que en Montpellier nazcan ideas pioneras en la relación de los franceses con la comida.

De hecho, es en la metrópolis de Hérault donde se llevó a cabo la primera experimentación de «fondo común de alimentos» en Francia, con motivo de una celebración pública, el sábado 28 de enero. El principio: cada participante contribuye gratuitamente, cada mes, según sus posibilidades, de 1 a 150 euros, y recibe a cambio una dieta de 100 euros al mes, utilizable en comercios autorizados.

La idea se basa en la confianza -nadie justifica sus ingresos, pero se sugiere una tabla de cotización, con una escala para ayudar a todos a orientarse- y en la universalidad -todos los participantes reciben la misma cantidad. En el corazón del sistema se encuentra un “comité ciudadano” compuesto por cuarenta y siete miembros, que se reúnen cada dos o tres semanas desde octubre, los sábados por la mañana, para definir los lineamientos del fondo, las modalidades de aporte, etc. Treinta y seis mujeres y once hombres -la mitad de ellos en situación precaria- de diferentes barrios y municipios, captados de boca en boca o en eventos vecinales.

“Agradezco que todos tengamos la palabra”

La iniciativa debe su realización a la movilización de un grupo de actores locales, agrupados bajo el lema «Territorios por la Alimentación»: asociaciones (ATD Cuarto Mundo, Secours Catholique, VRAC & Cocinas, etc.), actores económicos solidarios, grupos campesinos, investigadores , así como la ciudad y área metropolitana de Montpellier. «El proyecto caisse es la convergencia de lleno de historias y el trabajo de investigadores, asociaciones y cargos electos locales. Para nosotros, el tema de la alimentación sustentable no puede ser considerado sin justicia social”, explica Pauline Scherer, socióloga en el origen del proyecto con Marco Locuratolo, coordinador de la federación regional de Civam d’Occitanie (red de grupos agrícolas y rurales). El experimento, previsto para durar un año, también fue posible gracias a la financiación del plan “Francia 2030”, y de la Fondation de France y la Fondation Carasso.

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