«No es de extrañar que estén hartos, desmoralizados y disgustados»


'No es de extrañar que estén hartos, desmoralizados y disgustados' <i>(Imagen: Archant)</i>» src=»https://s.yimg.com/ny/api/res/1.2/IPM_YrZIPZ3NMe87DKBB9Q–/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTY0MA–/https://media.zenfs.com/en/bournemouth_echo_uk_922/dfaacb305116c367513b2ce8ec34ba33″ data-src=»https://s.yimg.com/ny/api/res/1.2/IPM_YrZIPZ3NMe87DKBB9Q–/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjt3PTk2MDtoPTY0MA–/https://media.zenfs.com/en/bournemouth_echo_uk_922/dfaacb305116c367513b2ce8ec34ba33″/></div>
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<p><figcaption class=«No es de extrañar que estén hartos, desmoralizados y disgustados» (Imagen: Archant)

CUANDO me retiré de la práctica general en 1983, el bloqueo de camas por parte de pacientes que no podían ser dados de alta del hospital porque no tenían adónde ir para convalecer era un problema grave.

Desde entonces, ha empeorado infinitamente, hasta el punto de que los hombres y mujeres de las ambulancias tienen que pasar gran parte de sus días y noches con sus pacientes en los aparcamientos de los hospitales mientras esperan que haya camas disponibles.

Mientras tanto, los pacientes que los necesitan desesperadamente en la comunidad quedan desatendidos.

No es de extrañar que estén hartos, desmoralizados y disgustados.

Buena suerte para ellos. Se merecen un aumento de sueldo.

Tienen todo mi apoyo.

DR. ANDREW NORMAN

Colina de Hurst, Poole



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