Nuestra compañera galáctica, la Pequeña Nube de Magallanes, brilla en la imagen del Hubble


Cada semana, los investigadores del telescopio espacial Hubble comparten una imagen que han capturado de un objeto o región en particular en el espacio. La imagen del Hubble de esta semana muestra la Pequeña Nube de Magallanes, o SMC, que es una galaxia satélite de nuestra Vía Láctea.

El SMC es pequeño en comparación con nuestra galaxia, con solo 7.000 años luz de diámetro en comparación con los aproximadamente 100.000 años luz de la Vía Láctea, lo que lo convierte en un tipo llamado galaxia enana. También es uno de nuestros vecinos más cercanos y una galaxia satélite de la Vía Láctea, lo que significa que está unida gravitacionalmente a nuestra galaxia. Se puede ver a simple vista, junto con su compañera, la Gran Nube de Magallanes, visible principalmente desde el hemisferio sur.

Esta imagen del Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA captura una pequeña porción de la Pequeña Nube de Magallanes (SMC). El SMC es una galaxia enana y uno de los vecinos más cercanos de la Vía Láctea, que se encuentra a solo unos 200,000 años luz de la Tierra. Hace pareja con la Gran Nube de Magallanes, y ambos objetos se ven mejor desde el hemisferio sur, pero también son visibles desde algunas latitudes del norte. ESA/Hubble y NASA, A. Nota, G. De Marchi

Esta imagen es solo una pequeña parte del SMC. “La Pequeña Nube de Magallanes contiene cientos de millones de estrellas, pero esta imagen se enfoca solo en una pequeña fracción de ellas”, escriben los científicos del Hubble. “Estas estrellas comprenden el cúmulo abierto NGC 376, que tiene una masa total de solo unas 3400 veces la del Sol. Los cúmulos abiertos, como sugiere su nombre, están poco delimitados y escasamente poblados”.

El SMC fue el sitio de uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la astronomía, ya que la pionera Henrietta Leavitt observó allí un tipo de estrella variable llamada variable Cefeida. Leavitt demostró que estas estrellas tienen una relación establecida entre la intensidad con la que brillan y la frecuencia con la que pulsan, lo que permite a los investigadores saber qué tan brillante sería una estrella en función de su pulsación. Al comparar la luminosidad de una variable cefeida con su brillo observado, los investigadores pueden decir con precisión qué tan lejos está. Esto significa que estas estrellas se pueden usar como marcadores de distancia, lo que permite a los astrónomos medir distancias en el universo.

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