Stefanie no pudo dormir bien durante semanas, se arrastraba al trabajo, lloraba en el avión, el tren o el automóvil y poco después volvió a sonreír profesionalmente a la cámara. «Fue bien hasta que no pude levantarme de la cama y tuve fuertes pensamientos suicidas. La gente de mi círculo cercano entonces me apoyó para que volviera a visitar a un psicólogo, quien me recetó antidepresivos y me hizo terapia”, explica la modelo en entrevista con la revista Glamour.
También es su terapeuta quien sigue estando ahí para la influencer en los días malos y con quien siempre puede hablar espontáneamente a través de videotelefonía. «Lo que me ayuda totalmente a no entrar en pánico cuando tengo un mal día. Porque los días malos en realidad son totalmente normales y humanos, pero si alguna vez has tenido depresión, existe un gran temor de que no sea un mal día, sino el comienzo de una fase de la que nunca saldrás», explica.