REPORTAJE – En este pueblo de los Vosgos, la vida sin agua potable


Elise Leroy, propietaria de una casa rural, tiene que avisar a una familia que acaba de llegar del Marne para pasar las vacaciones. Porque si la población de Ventron es de poco más de 800 habitantes, ronda los 2000 en verano con la afluencia de turistas. Los recién llegados tendrán que adaptarse a la ausencia de agua potable. «Este año, no podrás beberlo»explica Elisa, «Solo te dejé un paquete de agua para solucionar problemas al principio».

Todos esperan con impaciencia la lluvia, porque el final del verano promete ser complicado para los profesionales del turismo. «No quiero que nadie se enferme cuando alquilo una casa rural«, dice Elise Leroy, que espera que todos jueguen al juego de hervir el agua. La misma dificultad en los restaurantes locales, donde las habituales jarras de agua tienen que ser reemplazadas por agua mineral embotellada.



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