REPORTAJE – Sin licencia por exceso de velocidad, este sacerdote puede contar con sus fieles seguidores


En el coche del padre Burnel. «Hola señor sacerdote»le tira un chofer mientras frena. «Como estas Denis, voy a Canisy, puedo subir», responde entonces el párroco del pueblo de Canisy, en el Canal. Así es el día a día desde hace dos meses de Pascal Burnel, de 65 años. El hombre de Iglesia ya no tiene licencia, y la razón es sorprendente. Diez multas por exceso de velocidad lo privaron del preciado sésamo. El sacerdote reconoce sus faltas graves pero está fuera de cuestión que falte a sus obligaciones.



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