Reseña musical de Hércules de Disney: no diré que estoy enamorado, pero hay potencial


Al igual que con todas las películas de Disney que han dado el salto de la pantalla al escenario, la historia de «Hércules» es un poco diferente al material original. Se han omitido algunos personajes, como el mejor amigo/fiel corcel alado de Herc, Pegaso, y su padre adoptivo, Anfitrión. Phil sigue siendo un entrenador de héroes, pero ya no es un sátiro. Y la participación de Hera ha pasado de ser una madre afligida y un personaje de fondo a una reina sabia y majestuosa, de pie junto a su esposo Zeus mientras ofrecen orientación a su hijo semidiós cuando visita su templo.

Pero el mayor cambio en la trama proviene de la adición de nuevos temas como el compromiso civil y el valor del fracaso. Y si bien son dignos de exploración y ciertamente tienen un lugar en esta historia, la ejecución no se lleva a cabo de la mejor manera posible. En cambio, el clímax del segundo acto se confunde con una confusión que podría haberse evitado si se hubiera conservado un pequeño detalle del recuento original de Disney de este mito legendario.

Esto técnicamente puede ser un spoiler, pero es más para la función de 1997 que para el nuevo musical: cuando Hércules y Hades hacen un trato para salvar a Meg, solo debería ser válido si Meg sale ilesa. En la película, cuando Meg se sacrifica, eso hace que el acuerdo sea nulo y sin efecto, entonces Hércules puede salvar el día. Estos eventos se desarrollan de manera un poco diferente en la versión teatral de una manera que no tiene sentido. Si bien es genial ver a los ciudadanos de Tebas unirse detrás de Hércules en el escenario y ofrecer su ayuda en su momento de necesidad, esta escena podría haberse beneficiado de cierta claridad que habría hecho que el momento fuera más lógico y menos cursi.



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