Sean cuales sean nuestras edades, hemos oído hablar de ella desde que éramos pequeños. Desde siempre. Ni tú ni yo, habiéndola visto nunca, de verdad. Uno casi se preguntaría, a veces, si realmente existió. Si ella no fuera una leyenda contemporánea. Un mito moderno. La Reina de Inglaterracomo una vez la Reina de Saba.
Un engaño periodístico para hacer soñar a la gente y girar las imprentas o un invento de los ingleses, para vender sus sellos y todas sus baratijas kitsch, de otro modo invendibles.
En apoyo, los escépticos te explicarán que aparte de las grandes celebraciones, nunca un solo turista ha visto a la Reina de Inglaterra en Buckingham o Windsor, incluso observándola horas y horas frente a sus palacios. En cuanto a las fotos, los reportajes, los grandes espectáculos para la Historia… Sería la misma actriz que llevaba décadas actuando. Los ingleses son muy buenos en eso, dijo Guitry.
Elizabeth, Alexandra, Mary Windsor… Una maravillosa actriz que interpretó a la Reina de Inglaterra durante 70 años. El papel de su vida, que encarna desde el 6 de febrero de 1952, su ascenso al Trono. Tiene 25 años, improvisará. Tercera en el orden de sucesión, nunca preparó su personaje, nunca ensayó sus textos.
Sin embargo, de inmediato, será notablemente precisa y veraz. «Perfecto», dirá Churchill entre dos bocanadas de habano. La expresión, la pausa, el gesto, la respuesta. Una interpretación siempre admirable, ya sea sobre un caballo o sobre un cuadro, en un carruaje, un Rolls o una gala, frente a los pares de su Reino, o junto a James Bond, su caballero al servicio de los Juegos Olímpicos. A veces… Una sonrisa en la Estatua Hierática del Comandante.
Elizabeth, Alexandra, Mary Windsor… Una dama divertida, una esfinge. Probablemente la última reina. La Reina de Inglaterra.