Al volver del vestuario, los locales -llevados por un Bramall Lane repleto hasta los topes (28.624 personas, nuevo récord para una semifinal de la Eurocopa)- reanudaron su demolición. Rápidamente redoblaron la ventaja con un cabezazo descentrado de Lucy Bronze perfectamente servido, desde un córner, por Beth Mead (2-0, 48′). Un caviar sinónimo de la cuarta asistencia del torneo, el mejor total en esta zona. Aturdidos, los escandinavos sufrieron entonces las oleadas contrarias, quedando muy cerca de encajar un tercer gol en una recuperación de Hemp que finalmente falló en el larguero (2-0, 58′). En una ráfaga final, el Blågult estuvo cerca de reiniciar el partido cuando Blackstenius vio su cabezazo, que se dirigía a la red, desviado con la punta de los dedos por la puerta inglesa (65′).
En la secuela, la «supersub» Alessia Russo noqueó definitivamente a las compañeras de equipo de una decepcionante Asllani. Tras un disparo que desvió con dificultad, el jugador del Manchester United se abrió paso con un suntuoso taconazo inspirado (3-0, 68′). Uno de los goles del torneo seguro. Particularidad, la delantera marcó su cuarto gol desde el inicio de la Euro… sin haber sido titular ni un solo partido.
Minutos después, en el 76, Fran Kirby clavó el último clavo en el ataúd amarillo y azul, engañando a Lindahl) con un balón bien sentido (y mal juzgado por el portero).