Si bien ciertamente hubiera sido bueno para Sakamoto recoger una segunda estatuilla de oro, en todo caso, el hecho de que «The Revenant» no sea elegible para la Mejor partitura original destaca la naturaleza experimental e incluso revolucionaria de su música. Para Iñárritu fue un golpe particularmente frustrante, ya que la partitura de su película anterior, «Birdman», que fue compuesta e interpretada por el baterista de jazz Antonio Sánchez, y fue uno de los elementos más definitorios de la película, también se consideró no elegible el un tecnicismo.
En declaraciones a IndieWire, Iñárritu condenó la exclusión de la Academia del trabajo de Sakamoto, Nicolai y Dessner, que describió como «un extraño guacamole de música» que le había gustado a la venerable institución, pero declaró imposible de analizar en porcentajes:
«Dijeron que la música era increíble, el tapiz era genial, pero no entendían quién hacía qué, era muy confuso. Este era el plan, mezclar los sonidos de la naturaleza y la complejidad de la naturaleza sin forma de entender qué es qué. La complejidad de ese tapiz en concierto no es accidental».
El mismo Sakamoto aparentemente estaba menos preocupado por la decisión de la Academia, y le dijo a The Vinyl Factory, «ninguno de nosotros se unió al proyecto con ningún premio en nuestra búsqueda». Sin embargo, sugirió que la Academia podría repensar sus reglas. «En el futuro puedo ver más películas geniales que tengan este problema», dijo Sakamoto. «El arte no es una parte estática de la cultura, sino flexible, cambiante e interpretativa».