Finlandia y Suecia, miembros de la Unión Europea (UE) pero históricamente neutrales, se han involucrado en un debate interno que podría conducir a solicitudes de membresía en la OTAN. Si el gobierno sueco aún parece dudar, los finlandeses podrían formalizar su solicitud el 12 de mayo.
La solicitud exitosa de ingreso en la OTAN requiere un consenso dentro de la organización, que promueve una política de «puertas abiertas» para cualquiera que cumpla con los criterios políticos, económicos y militares establecidos en el estudio de 1995 sobre la ampliación: tener un sistema político democrático que funcione bien basado en una economía de mercado; tratar a las comunidades minoritarias de manera justa; comprometerse a resolver los conflictos de forma pacífica; ser capaz y estar dispuesto a hacer una contribución militar a las operaciones de la OTAN; y estar comprometidos con las relaciones e instituciones democráticas cívico-militares.
En el artículo 10 del Tratado de Washington de 1949, que detalla el protocolo de adhesión, se especifica que se registra cuando “todos los países miembros de la OTAN hayan notificado al gobierno de los Estados Unidos de América, depositario del Tratado del Atlántico Norte, su aceptación de los protocolos del tratado relativos a la adhesión de nuevos miembros potenciales». Sin embargo, Croacia, miembro de la Alianza desde el 1ejem abril de 2009, amenaza con oponerse a estas dos membresías putativas.
En concreto, el presidente croata, Zoran Milanovic, formuló el siguiente chantaje el 26 de abril: “La pertenencia de Finlandia a la OTAN no es más que charlatanería peligrosa, es como molestar a un oso rabioso metiéndole un bolígrafo en el ojo. Debemos bloquearlo, mientras no hayamos encontrado una solución a la crisis en Bosnia-Herzegovina”. Se refiere a la aguda crisis política que se vive en Sarajevo desde hace varios meses, y en la que la minoría bosnio-croata se siente agraviada, en particular por el sistema electoral.
Pero no hay vínculo entre esta crisis, que es responsabilidad de la UE, y la ampliación de la OTAN. Esto se lo recordó al Sr. Milanovic el primer ministro Andrej Plenkovic, su principal rival político, en un sistema político que se asemeja a la Quinta República en tiempos de convivencia. El Primer Ministro (de centro derecha) dirige el gobierno con el apoyo del parlamento, y el Presidente (de centro izquierda), elegido por sufragio universal por cinco años, es el Jefe de Estado, así como el Jefe de las Fuerzas Armadas. Forces, que tiene su opinión sobre la política exterior. El comentario del presidente el mes pasado de que Ucrania era un «Estado corrupto» llevó al primer ministro a disculparse con el gobierno de Kiev y abrió una brecha entre los dos, con Plenkovic insinuando que Milanovic era un «oficial ruso».
¿Podría esta crisis al más alto nivel del estado croata tener un impacto en la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN? La cuestión no está resuelta. Según este artículo del periódico croata Jutarjni List traducido por correo internacional“ Croacia puede bloquear la adhesión de Finlandia y Suecia o cualquier otro país a la OTAN, afirman fuentes diplomáticas de la Alianza Atlántica. (…) El presidente croata podría impedir cualquier ampliación si es él quien representa a su país en la próxima cumbre de la Alianza Atlántica, organizada a finales de junio en Madrid. La OTAN especifica que no le corresponde a ella decidir quién representará a Croacia en la OTAN, ni cómo armonizará este país su posición dentro de los órganos de decisión. La elección depende de Croacia. »
Para Zarko Puhovski, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Zagreb, citado por Bloomberg, “El deber de Milanovic es armonizar y estabilizar el funcionamiento de las instituciones, pero lo que hace es exactamente lo contrario. En lo que es esencialmente un conflicto interpersonal a nivel estatal, corre el riesgo de empañar la reputación de Croacia en Europa y dañar la reputación del país. »