El trabajador social asignado para asegurarse de que la transición de Cady al cuidado de Gemma vaya bien se desanima inmediatamente por la dependencia del niño de M3GAN. No tiene ningún problema en admitir que encuentra la muñeca impresionante, pero señala los peligros del apego enfermizo de Cady. A pesar de lo beneficioso que ha sido M3GAN inmediatamente después de la muerte de los padres de Cady, su dependencia de la muñeca le impide procesar su dolor y vincularse con Gemma. Gran parte de «M3GAN» muestra que el resultado de que las personas usen la tecnología como una forma de evitar la confrontación, la conexión o incluso la conversación… es una pérdida de control. M3GAN satisfizo la necesidad desesperada de Cady de apoyo comunitario y se convirtió en un escenario de pesadilla que se reconoció demasiado tarde.
Cuando Gemma finalmente se acerca a Cady sobre la importancia de permitirse sentir la gravedad de lo que les sucedió a sus padres (no muy diferente del clímax de «Inside Out»), todo cambia. M3GAN, sin embargo, solo quiere que Cady se sienta feliz y ha estado haciendo todo lo posible para ayudar a la niña a evitar la realidad de sus circunstancias.
M3GAN solo se detiene cuando Cady se pone guantes especiales para operar un enorme y primitivo robot llamado Bruce que Gemma hizo en la universidad para combatir fuego con fuego… o robot con robot en este caso. Bruce no es tan avanzado, elegante o lindo como M3GAN, pero él es mucho más fuerte de lo que ella jamás será. No opera por su propia voluntad, sino imitando a un humano en control. Gemma y Cady, dos seres humanos, deben trabajar juntas para detener a M3GAN, con la ayuda de algo que las haga aún más fuertes que antes. Bruce es una herramienta destinada a mejorar nuestras habilidades, no a reemplazarlas, lo que demuestra que «M3GAN» adopta un enfoque increíblemente reflexivo de la ciencia ficción.