Una gran parte de lo que hace que «Star Trek: Strange New Worlds» se sienta como un soplo de aire fresco en comparación con otros programas de «Star Trek» en streaming como «Picard» y «Discovery» es la estructura episódica retrospectiva. Hay historias generales que se desarrollan a lo largo de la primera temporada, como el desgarrador conocimiento del Capitán Pike de que solo le queda una década de vida, o la hija del Doctor M’Benga que lucha contra una enfermedad rara e incurable, pero se entretejen a través de las historias episódicas en un manera que hace que cada episodio sea completamente satisfactorio por sí mismo. Eso significa que pueden hacer algunos episodios al estilo de la vieja escuela, como un episodio de licencia en tierra de intercambio de cuerpos, un episodio de terror lleno de alegorías e incluso un episodio en el que la tripulación se convierte en personajes de fantasía de un libro para niños. Esa flexibilidad hace que «Star Trek: Strange New Worlds» sea muy, muy divertido. Incluso cuando un episodio termina en un suspenso, como el final de la temporada 1, se siente satisfactorio en lugar de como un intento de obligar a los fanáticos a sintonizar cada semana.
La temporada 1 de «Strange New Worlds» terminó con Pike dándose cuenta de que tratar de cambiar el futuro que ha visto solo puede terminar en más miseria, obligándolo a aceptar su destino. Su número uno, Una, también debe enfrentar su destino cuando es arrestada por ocultar su herencia iliria a la Flota Estelar. Pike jura ayudar a Una, por supuesto, y eso probablemente jugará un papel importante en la próxima segunda temporada. Afortunadamente, las cosas no serán del todo serias en la temporada 2, porque tendremos un crossover con «Star Trek: Lower Decks».