Hay algunos puntos de «The Convert» que se sienten mucho más en una conversación con algo como «Andor» que con «The Mandalorian», lo cual no es involuntario. Coruscant tiene una fachada más brillante que cualquiera de los escenarios de «Andor», pero el espíritu de sus oficinas y salas de juntas es igual de estéril y excesivo. Aunque se formó con buenas intenciones, parece que los sistemas de gobierno de la Nueva República son casi tan monótonos, secretos y deprimentes para vivir, y en algunas formas inquietantes, defienden ideales problemáticos muy parecidos al Imperio Galáctico que estaban tratando de derrocar.
Después de su presentación sobre el proceso de clonación, el episodio muestra la lucha de Pershing para adaptarse a su nueva vida diaria. Todos los días, habla con un droide para «confirmar» su reacondicionamiento gradual, se sienta en su cubículo para desmantelar la tecnología imperial, intenta mezclarse con la sociedad de Coruscant y anhela el sabor de las raciones imperiales.
Es a través de su incipiente compañía con Elia Kane (Katy O’Brian), a quien habíamos visto anteriormente trabajando en el barco de Moff Gideon, donde Pershing habla sobre su descontento con la estricta burocracia de la Nueva República. Aunque claramente tiene el deseo de mejorar la vida de otras personas a través de la ciencia, siente que es más capaz de hacerlo utilizando la tecnología y el código imperiales que se están configurando para ser destruidos. Elia le dice a Pershing que conoce la ubicación de una base científica externa donde Pershing podría potencialmente enganchar un laboratorio móvil para realizar investigaciones en secreto. Así que corren juntos a las afueras de Coruscant, un lado más sórdido lleno de escombros y chatarra en lugar de rascacielos de neón y clubes nocturnos. Se encuentran con un Destructor Estelar dado de baja y buscan piezas.
Es evidente por su naturaleza agradable que las intenciones de Elia no son las que dice que son, pero una vez que Pershing es traicionado y capturado, su castigo es mucho más cruel de lo que uno podría imaginar.