Thunderball era una mina terrestre legal para el autor de James Bond, Ian Fleming


Para ser justos con Kevin McClory, tenía razón. Como explica en «Nadie lo hace mejor»: «Sabía [Ian Fleming] Estaba escribiendo una novela, pero no sabía que él estaba escribiendo una novela sobre ‘Thunderball’. Y lo siguiente que sé es que está publicado, sin crédito para Whittingham ni para mí».

McClory y Jack Whittingham intentaron impedir que Fleming publicara el libro, lo que dio lugar a una demanda que finalmente terminó en los tribunales superiores de Londres en 1963. McClory ganó los derechos cinematográficos y televisivos de la historia, lo que le permitió producir legalmente películas de James Bond basadas en la novela. Además, el libro debía indicar en todas las publicaciones futuras que estaba basado en un guión de McClory y Whittingham. Como recordó McClory:

«Me asignaron todos los derechos cinematográficos y televisivos de ‘Thunderball’. Le dije a Fleming: «Tú tienes los derechos literarios; tú escribiste la novela, no quiero que te separes de ella. Pero en cada novela pones que está basada en un guión nuestro». Esta es la leyenda que se supone que tiene; algunos editores la tienen, otros no.»

En 1963, Fleming estaba luchando con su salud e incluso había sufrido un ataque cardíaco durante el caso judicial, por lo que en cierto modo le convenía concluir las cosas. Pero incluso después de que el autor falleciera de otro ataque cardíaco en 1964, la franquicia Bond se vería atormentada por las consecuencias de esta batalla legal.



Source link-16