Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo, escrita y dirigida por Aitch Alberto, es una película sobre dos chicos mexicanos queer que descubren profundos secretos dentro de sí mismos en el transcurso de un año escolar. La película es una adaptación de la novela YA del mismo nombre de Benjamin Alire Sáenz.
Aristóteles “Ari” Mendoza (Max Pelayo) abre la película presentando a la audiencia su familia y su vida como estudiante de secundaria. No está interesado en ser uno de los chicos geniales y quiere algo más que una vida provinciana en 1985 Nuevo México. Un encuentro casual con Dante (Reese Gonzales), un joven que Ari conoce en la piscina local, conduce a una intensa conexión entre los dos. El padre de Aristóteles, Jamie (Eugenio Derbez), anda deprimido por la casa en un estado de ánimo melancólico, razón por la cual está más cerca de su madre, Liliana (Veronica Falcon). Ella se ocupa de la familia mientras su hermano mayor, separado, cumple una larga condena en prisión.
Ambos chicos tienen problemas de identidad, pero Dante es el más valiente de los dos y está dispuesto a expresar en voz alta sus sentimientos hacia dichos problemas. Sumado al hecho de que su raza siempre se cuestiona porque su padre Sam (Kevin Alejandro) es blanco y su madre Soledad (Eva Longoria) es mexicana, siente que no es suficiente para nadie. A pesar de sus diferencias, Aristóteles y Dante desarrollan una amistad que trascenderá este plano terrenal y les abrirá la puerta a un universo de información sobre ellos mismos y el mundo que los rodea.
Aristóteles y Dante hace fuertes preguntas existenciales a su audiencia sobre la vida, la identidad, la lealtad, la rectitud y cómo esos principios se conectan con la cultura mexicana. Alberto no está abriendo nuevos caminos ya que la película juega con la angustia, el tropo queer encerrado. Sin embargo, es un alivio ver a padres en películas que no odian abiertamente a sus hijos por ser diferentes. Puede que no sea realista, pero es bueno ver este tipo de representación proveniente de la comunidad latina.
Las personas pueden sacar lo mejor o lo peor de cada uno, pero las buenas amistades son transformadoras. Sentir ese nivel de comodidad y amabilidad con alguien en quien puede confiar puede generar cierta honestidad real, que es lo que estos dos jóvenes hacen el uno por el otro. Experimentan los altibajos de sus viajes individuales, pero debido a que su vínculo es tan fuerte, estos dos se encuentran en el medio de todos modos. La historia de Alberto se trata menos de salir del clóset y más de defender tu verdad, sea lo que sea. Si eres queer, enorgullécete de ello, a pesar de lo que piensen los que odian. Tus amigos siempre te apoyarán y te levantarán del suelo cuando surja la duda.