Tras la prohibición de los neonicotinoides, los remolacheros de Pas-de-Calais se debaten entre la agricultura ecológica y la convencional


El miércoles 8 de febrero, Christophe Mullie se levantará incluso más temprano que de costumbre para tomar el autobús que lo llevará a manifestarse en París: punto de encuentro a las 6 a. m. en el peaje cerca de Arras. Este agricultor de 61 años, cuya finca de unas 300 hectáreas se encuentra al sur de la ciudad, en Foncquevillers, responde al llamado de la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores (FNSEA) Grand Bassin Paris, que agrupa a doce federaciones asociaciones, Jóvenes Agricultores y, entre otros, la Confederación General de Cultivadores de Remolacha (CGB), de la que presidió la rama departamental de 2016 a 2021.

“Estamos hartos, es fácil encontrar chivos expiatorios. Los agricultores están estigmatizados, les imponemos cada vez más prohibiciones y nos encontramos sin salida”, avanza Christophe Mullie, que cultiva trigo, remolacha azucarera (en 45 hectáreas), patatas… Un análisis compartido por su hija Agathe, de 37 años, que se prepara para hacerse cargo de la gestión de la explotación. Licenciada en farmacia, y habiendo ocupado puestos de responsabilidad en este sector, admite su incomprensión. “Como agricultor, es un trabajo ilusionante del que estoy orgulloso, subestimado por la población, pero asombrado por la cantidad de normativas, complicaciones administrativas, tanto como en el sector farmacéutico”confiesa Agathe, con un ojo puesto en los muchos retrievers de Nueva Escocia, magníficos perros rojos que se agitan a su alrededor.

En la mira de la CGB, en el origen de la movilización, el fin de la derogación decidida por el gobierno -tras una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que pedía a Francia que se pusiera en regla- que permitía a los remolacheros utilizar semillas recubiertas de neonicotinoides.

«Una aberración»

“No vi venir la sanción y de haberlo sabido habría revisado a la baja mi contrato con Tereos [ce groupe coopératif sucrier possède 44 sites industriels dont plus d’une dizaine dans les Hauts-de-France, et rassemble 12 000 associés coopérateurs pour un chiffre d’affaires de 5,1 milliards d’euros en 2021-2022]. Estos contratos, que son por cinco años, debían renovarse antes del 31 de diciembre de 2022 y la prohibición gubernamental de los neonicotinoides cayó el 23 de enero. No sé lo que voy a hacer. En 2022, cuando se autorizó su uso, a modo de excepción, pude producir 97 toneladas por hectárea. En 2020, cuando fueron prohibidos, tuve una pérdida del 10% al 20%”dice el granjero.

Te queda el 72,11% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.



Source link-5