Un informe alarmante sobre los centros de detención administrativa


Es un informe vitriólico. Lo cual dice mucho sobre el estado deletéreo de los Centros de Detención Administrativa (CRA) donde se internan a los extranjeros sin papeles deportables pero, más aún, sobre la inercia de las autoridades públicas ante un informe tantas veces repetido. El controlador general de los lugares de privación de libertad, Dominique Simonnot, debía publicar en el diario oficialjueves 22 de junio, conclusiones tras visitar cada una de las veinticinco CRAs – “la mayoría tres o cuatro veces” – en el que, en 2022, se han colocado unas 44.000 personas.

La atención de m.a mí Simonnot se centró en particular en las CRA de Sète (Hérault), Mesnil-Amelot (Seine-et-Marne), Metz, pero también en la flamante segunda CRA de Lyon, inaugurada en enero de 2022 y «se supone que sirva como modelo para la ‘CRA del futuro'». Su inventario, que detalla las condiciones de detención. «gravemente perjudicial para la dignidad y los derechos fundamentales», es abrumador

Los lugares de alojamiento se describen en el mismo como «inadecuados o de tamaño insuficiente, que provocan ansiedad, degradados y mal mantenidos»privando a las personas dentro de ellos de privacidad y actividad. “Retretes sucios y húmedos” era, «paredes manchadas de grafitis y manchas» en Lyon, paredes «leproso» y colchón «sin cobertura» en Mesnil-Amelot… Las observaciones así enumeradas parecen no escatimar ningún aspecto de retención. Incluso los espacios comunes son denigrados, como en Sète, donde la » corte « está calificado como » jaula » donde los detenidos “fumar sin moverse o dar vueltas sin rumbo en círculos”.

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En casi todas partes, la contraloría general de los lugares de privación de libertad informa cómo los detenidos “tejer jirones de sábanas” intentar cerrar los aseos, duchas o dormitorios desde dentro, por falta de cerradura, y para garantizar un poco de intimidad.

«Ley del más fuerte»

En estos lugares donde la detención fue en promedio 23 días en 2022 (en comparación con 12,8 días en 2017), «los días transcurren en un ambiente de ansiedad y tensión»anota m.a mí Simonnot. En Mesnil-Amelot, “aparte de la televisión, algunos globos y aparatos, nada está previsto para ocupar a los detenidos”. EN Sète, la sala de relajación es “sombrío e incómodo, equipado con futbolín (…). La televisión siempre está encendida”, pero es la policía de fronteras la que cambia de canal. En Lyon, «los televisores y las videoconsolas están casi todos rotos», Y “no se reparten más balones” ; las personas “están encerrados alrededor de 22 horas al día en sus bloques [d’hébergement] respectivo donde, debido a la débil presencia policial, quedan a su suerte y sometidos a la ley del más fuerte”.

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