Uso del 49.3: la izquierda galvanizada por el fracaso del gobierno


La imagen es inesperada, el sueño de cualquier comunicador. Viernes 17 de marzo por la mañana, los diputados de La France insoumise (LFI), de pie, y sus carteles “64 años es no” frente a Elisabeth Borne en la Asamblea Nacional hacen el «uno» de los New York Times. También hay ambientalistas y comunistas en la foto, sentados. No versionaron la canción de La Marsellesa el discurso del Primer Ministro, una cuestión de cultura política. Los socialistas están fuera de lugar; si se detuvieron en la primera estrofa, también conocen la canción (y el método): exactamente lo mismo habían hecho en 2009 durante los debates contra la derecha.

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Pero más allá de las diferencias de estilo, desde el anuncio de la aplicación del artículo 49.3 de la Constitución, la izquierda, en todas sus formas, parece galvanizada. Si en días pasados ​​se pedía a los dirigentes de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) que se explicaran sobre un potencial ahogo del movimiento, aquí los reviven. El 49.3? Es un «cambio autoritario»para la líder de los diputados “rebeldes”, Mathilde Panot. “Un nuevo éxito para los sindicatos” y el signo de“una práctica personal y autoritaria del poder” por su contraparte ambientalista, Cyrielle Chatelain.

Por el lado de LFI, el gran mecanismo de comunicación de la campaña presidencial parece casi de vuelta. Jean-Luc Mélenchon estuvo en las gradas de la Asamblea el jueves por la tarde, viendo » su « diputados, luego se unió rápidamente a la simbólica Place de la Concorde, desde donde partió, entre los manifestantes, un discurso levantando la«fracaso espectacular, el derrumbe físico de la minoría presidencial». El exdiputado multiplica las intervenciones, hasta el viernes por la mañana, en France Inter, para felicitarse por haber » golpear [son] objetivo, este texto no tiene legitimidad parlamentaria»..

En el corazón del juego

Una forma de que Mélenchon vuelva a colocarse en el centro del juego político. En el centro de un movimiento que él designa como el de la«unidad popular», mucho más que la unidad sindical. Hasta el punto de que, entre los jóvenes “rebeldes”, algunos ya tienen la certeza de que, sin ellos, la movilización no existiría. Este no es el caso de Clémentine Autain, que toca música un poco diferente el viernes. “No basta llamar a la movilización social para ganar políticamente”señala MP LFI en su blog, llamando a “Dar siempre más cuerpo y carne, densidad y credibilidad” a la alianza de los Nupes.

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