Alexandre Gilet, el joven neonazi fascinado por los yihadistas que querían «hacerlo peor que el Bataclan»


Nada se parece más a un yihadista en ciernes que un aprendiz neonazi. El juicio de cuatro jóvenes ultraderechistas, entre ellos un menor en el momento de los hechos, juzgados desde el lunes 19 de junio ante el Assize Court de menores de París por haber fomentado un proyecto atentado, ofrece un dibujo inquietante. Todo, desde la forma en que se formó esta célula terrorista en Internet, la radicalización de sus miembros, su edad, su discurso binario, sus métodos de funcionamiento, algunos de sus objetivos e incluso la fascinación que sobre ellos ejercen los ataques islamistas, parece para sostener un espejo al fenómeno yihadista.

El principal imputado, Alexandre Gilet, de 22 años al momento de los hechos, es retratado por la investigación como líder del grupo. Antes de su detención, el 7 de septiembre de 2018, este gendarme adjunto voluntario de Isère, de origen modesto, había escrito un «manifiesto», un término utilizado por asesinos en masa de ultraderecha, como su ídolo Anders Breivik, que asesinó a setenta y siete personas en Noruega, en 2011 o después de él Brenton Tarrant, que asesinó a cincuenta y una personas frente a dos mezquitas en Christchurch, en Nueva Zelanda, en 2019. Sin embargo, cuando se le preguntó acerca de este documento, el joven, que se describe a sí mismo como «radicalizado»habló de una fuente de inspiración menos esperada: dijo que quería hacer «como Daesh o Al-Qaeda».

En su apartamento, los gendarmes habían descubierto varias armas de fuego, incluidos tres rifles de asalto, utensilios químicos y precursores de explosivos. La investigación había identificado rápidamente a cuatro jóvenes neonazis, entonces de 14, 17, 20 y 23 años, con los que estaba en contacto a través de Internet. Los cinco imputados, que practicaban disparos juntos en un bosque, fueron sobreseídos por «asociación delictiva terrorista». Por su edad, el menor del grupo ya compareció por separado en un juzgado de menores y fue condenado en diciembre de 2022 a dos años de prisión condicional.

Muestra de la gravedad de los hechos y de la marcha del proyecto, este es el primer caso de terrorismo de extrema derecha que se juzga ante un tribunal de lo penal en Francia. Los precedentes, como el de la pequeña Organización de Ejércitos Sociales (OEA), en 2021, del exsoldado Aurélien Chapeau, en 2022, o incluso del grupo Barjols, acusado de haber planeado asesinar a Emmanuel Macron, en 2023, habían todos han sido juzgados en correccionales.

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